Es frecuente escuchar la expresión “bebé a la carta” ahora que la genética y el ADN están de moda, para hacer referencia a la posibilidad de “diseñar” un bebé, aunque todavía no es técnicamente posible. Es un tema muy delicado y sensible. Pareciera que en este mundo interdependiente y moderno que estamos viviendo tener un bebé sería similar a ir a un restaurant y pedirle al mozo un bife de costilla “a punto” con papas fritas y una copa de vino tinto. Algo similar a: “Quiero una hija de 1.83 metros, cabello marrón, ojos marrones, simpática, con gran inteligencia emocional, […]
En el Bufete Almodóvar & Jara hemos conseguido una sentencia que reconoce la Incapacidad Permanente Total a María Ángeles Poveda, una madrileña con endometriosis que trabajaba en el servicio de limpieza y a quien la Seguridad Social se la había negado. El caso puede abrir un precedente para el colectivo de personas enfermas de endometriosis.
El síndrome de ovarios poliquísticos es una alteración hormonal definida como una disfunción ovulatoria causada por una hiperandrogenemia, es decir, por un exceso de hormonas masculinas, y afecta aproximadamente a un 10% de las mujeres. Está estrechamente relacionado con la infertilidad femenina y, por eso, aunque no es imposible, quedar embarazada con ovarios poliquísticos es difícil para algunas mujeres.
Un embarazo es una situación única desde el punto de vista inmunológico porque el cuerpo tiene que “tolerar lo ajeno”. La madre tiene que gestar al embrión y para ello su sistema inmune tiene que aceptar la coexistencia con células cuyo origen es en al menos una mitad distinto. A través de un mecanismo de silenciamiento y de inactivación (¡y del que aún queda mucho por conocer!), la placenta como tejido propio del embrión, invade el tejido materno sin rechazo. Por tanto, el proceso de implantación embrionaria y correcto desarrollo del embarazo dependen de un delicado equilibrio que permita la […]
Se trata de una técnica llamada 'cesárea asistida | Controlada por los especialistas, Gerri, trajo al mundo a Matilda, la primera, y la colocó sobre su pecho. Pasado un minuto le ordenaron, "¡venga a por la otra!"