Maria José y Enrique son una pareja de 35 y 40 años respectivamente que, como casi todas las parejas que recurren a reproducción asistida, acude a nuestro centro con la esperanza e ilusión de poder ser padres en el menor tiempo posible, aunque también con cierta intranquilidad al diagnóstico.
Los vientres de alquiler siguen estando en el debate social dividiendo a colectivos y partidos políticos pero mientras tanto cada vez más niños siguen naciendo mediante está fórmula utilizando el útero de una madre en otro país a cambio de una suma de dinero. Más allá de las implicaciones éticas que conllevan los vientres de alquiler existen también otra serie de problemas médicos y físicos. Así lo recoge el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, que cita un artículo de la revista Fertility and Sterility. Esta publicación aporta datos sobre los problemas que pueden presentar los niños nacidos tras una maternidad subrogada cuando se comparan […]
Mona se casó a los 15 años con Zeyad, después de nueve años de matrimonio han necesitado fecundación in vitro para ser padres. En el quinto mes de embarazo algo se complicó y fue trasladada al hospital de Najah en Nablus. Ahora están felices por tener a sus cuatro niños y una niña en casa aunque teme no poder hacer frente a los gastos de manutención. "Necesitamos más leche, pañales, vacunas y medicamentos, esperamos que las organizaciones sociales nos ayuden a aliviar esta carga", dice el padre.
The New York Times La pareja deseaba un varón, pero el resultado de la prueba realizada al embrión de sexo masculino que habían escogido, el único disponible después de un costoso ciclo de fecundación in vitro (FIV), era inquietante.
La reproducción revolucionó hace años los roles sociales. Lo último: mujeres que, aun con pareja, recurren a técnicas in vitro para tener un bebé biológica y legalmente solo suyo