Los tratamientos de reproducción asistida (T.R.A.) son en general procedimientos de bajo riesgo. Algunas de las complicaciones pueden ser controlables si se modula la intensidad de la estimulación ovárica efectuada o si se reduce el número de embriones a transferir (en una FIV). Otras, como el embarazo ectópico y el aborto, dependen de factores muy poco controlables.
La fecundación in vitro (FIV) basa su eficacia en la extracción de los óvulos de la mujer para inseminarlos en el laboratorio con los espermatozoides sanos del hombre. De esta técnica, resulta uno o varios embriones que se transfiere de nuevo al útero.
Un estudio reveló que los varones que son aceptados en procesos de donación de semen presentan un rango normal de carácter, una personalidad madura y una actitud estable.
Un estudio avala la transferencia de un solo embrión si se acompaña de seis ciclos de FIV. La Sanidad pública española sólo financia tres ciclos de tratamiento.
Durante el embarazo existe el riesgo de que las propias hormonas que se sintetizan durante el periodo gestacional bloqueen el trabajo de la insulina.