La espera para poder acceder a la unidad de reproducción asistida del Clínico de Valladolid está en un mes, lo mismo que a un tratamiento de inseminación artificial, tiempo que se eleva a un año para la fecundación in vitro, una demora que el hospital prevé reducir a diez meses a final de 2017.
Una de las preocupaciones frecuentes que se plantean al inicio de un tratamiento de reproducción asistida es cómo compaginarlo con el trabajo. Lo cierto es que, salvo el día de la punción folicular, se puede mantener la actividad laboral con total normalidad. La fecundación in vitro es una técnica prácticamente indolora y que, en principio, no requiere que la paciente se ausente mucho tiempo de su trabajo, salvo algunas citas médicas: visitas al ginecólogo, analíticas, ecografías o pruebas médica.
Cuando estamos inmersa en la reproducción asistida corremos muchos peligros y uno muy claro es la inmovilización tanto mental como física.
El profundo dolor que siente una mujer tras la pérdida de un embarazo es a veces abrumador. El apoyo familiar y de los amigos cercanos en ocasiones no es apropiado. Al intentar consolar y animar hacen justo lo contrario. Un aborto espontáneo es una situación emocionalmente impactante para cualquier mujer pero se agudiza más en el entorno de la reproducción asistida. Muchas veces estos embarazos son fruto de meses o años de tratamientos de fertilidad.
Un estudio encontró que dormir demasiado poco o en exceso estaba vinculado con unas probabilidades más bajas de embarazo.