Llega un momento en la vida de toda mujer en el que deseamos ser madres, buscar en la sonrisa de un bebé eso que nos falta para sentirnos completas, pero aunque para algunas sea fácil concebir, para otras no es así, y tienen que enfrentarse a tratamientos de fertilidad que puede representar una gran carga emocional y psicológica.
“Mi niño”, “Mi chiquitín”, “Carlitos”, “Anita”…cualquier nombre cariñoso es válido para denominar aquello que tanto amor despierta en el interior de una mujer; su hijo. Para una embarazada, su bebé será único durante toda la gestación, sin embargo, estamos acostumbrados a escuchar palabras como zigoto, embrión o feto para referirse al futuro recién nacido y en muchas ocasiones, se generan dudas acerca de éstos conceptos.
Cerca del 40% de las mujeres que se someten a un tratamiento de fertilidad en España no tiene pareja, según datos de las clínicas de reproducción asistida.
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