En los tratamientos de reproducción asistida, la transferencia embrionaria es el proceso por el cual se deposita el embrión, seleccionado en el laboratorio, dentro del útero materno. Aunque es relativamente sencilla y no requiere hospitalización, algunas mujeres experimentan ciertos síntomas post transferencia embrionaria, como: Una mayor cantidad de flujo vaginal. Pequeñas hemorragias. Ninguno de estos síntomas nos aporta información definitiva sobre la implantación del embrióno un posible aborto,y deben verse como consecuencia del propio proceso de la transferencia embrionaria o del tratamiento hormonal de la fecundación in vitro (FIV). El proceso de la transferencia embrionaria Es sencillo, aunque exige el seguimiento del ciclo ovulatorio para poder llevarla a […]
El de Rivera es el único de los cuatro grandes partidos que defiende la gestación subrogada en España. Patricia Reyes, contra Carmen Calvo: "Me indigna que una feminista llame a otra mujer 'vientre de alquiler'". Calvo rechaza ante Cs la maternidad subrogada: "El deseo de ser padre no es un derecho".
Aunque generalmente en nuestro país se admite que en los primeros tres ciclos de fecundación in vitro se concentra la mayoría de las posibilidades de embarazo, no existe un consenso en el límite de intentos de FIV-ICSI entre los especialistas de reproducción asistida a nivel mundial, y un reciente estudio en Reino Unido plantea no limitar en 3 o 4 el número de intentos ya que sigue habiendo opciones después. Aumentar el número de intentos aumenta las posibilidades acumuladas, aunque el porcentaje de éxito que se añade a medida que se suman los ciclos es cada vez menor. No es que la tasa de éxito de cada intento vaya aumentando, sino que crece la tasa de éxito acumulado.
Todas las células del organismo tienen 46 cromosomas (23 pares). 23 se han heredado del padre y 23 de la madre. Solo las células reproductivas, formadas en testículos y ovarios, tienen la mitad de cromosomas: 23, no 23 pares.
Este tipo de pacientes tienen casi un 50% más de probabilidades de sufrir infertilidad clínica, según un estudio del Centro Infantil de Cáncer y Enfermedades de la Sangre Dana-Ferber, en Boston.