La congelación de esperma o criopreservación del semen es el proceso mediante el cual hoy en día es posible preservar la fertilidad masculina, congelando y manteniendo una o varias muestras seminales para su uso en un futuro posterior. La congelación del esperma tiene lugar a temperturas de -196º en vapores de nitrógeno líquido y a continuación es almacenada en un banco de semen, perfectamente identificada para su posterior utilización en tratamientos de reproducción asistida.
El procedimiento de Inseminación Artificial con semen Conyugal consiste en situar dentro del útero o canal cervical de la mujer espermatozoides de su pareja, los cuales son seleccionados antes de una muestra de semen.
Transferir uno sólo embrión a la mujer durante la fecundación ‘in vitro’ (FIV) no reduce sus posibilidades de quedarse embarazadas, sino que podría hacer que menos mujeres dieran a luz gemelos, con todos los riesgos de salud que comporta.
Según publica el portal de ayuda y salud reproductiva Lainfertilidad.com, el hecho de que las parejas observen todo el desarrollo de sus embriones antes de ser transferidos al útero de la mujer, genera a los futuros padres una reducción de la ansiedad.
"Los niños vienen con una mochila. Es un proceso largo y complicado. Y al final, muy gratificante", afirman unos padres adoptivos.