La esterilidad no es barata, es cierto, y menos aún, si se tiene en cuenta su efectividad. Pagar miles de euros, libras o dólares para obtener una tasa de éxito del 60% en el mejor de los casos (lo que no deja de ser algo más que lanzar una moneda al aire) no es la mejor inversión que alguien pueda hacer.
La edad es el factor más importante relacionado con la baja reserva ovárica y la fertilidad. Con la edad, la cantidad y la calidad de los óvulos siempre disminuye. Para conocer la reserva ovárica, es decir la capacidad de los ovarios para producir óvulos, se realizan una serie de pruebas en aquellas mujeres que llevan más de un año buscando el embarazo sin éxito. De esta forma, se evalúa la respuesta del ovario al ser sometido a una estimulación ovárica. Generalmente, este diagnóstico genera muchas dudas e inquietudes, que hemos expuesto en nuestro post anterior sobre este tema y que vamos a resolver en esta segunda entrega.
Es, en muchos casos de infertilidad, el paso siguiente a la inseminación artificial y la fecundación in vitro. A pesar de que el primer embarazo de una paciente con ovocitos donados se logró en 1983, y el primer niño fruto de esta técnica nació en febrero de 1984 (1988 en España), hace casi 30 años, son muchas las dudas que asaltan a las pacientes cuando su especialista en reproducción asistida les ofrece esta opción, con unas tasas de éxito mayores que la fecundación in vitro convencional.
La presentadora de televisión del grupo Mediaset se encuentra embarazada de dos meses a sus 42 años.
Un estudio sugiere que las mujeres jóvenes que se realizan un tratamiento de fertilización in vitro (FIV) tendrían más riesgo de desarrollar cáncer mamario que las que no lo hacen.