La ansiedad y la mala alimentación, claves en la disminución de la fertilidad
Falta conocimiento entre la población con respecto a los aspectos reproductores de nuestra especie. Es la conclusión a la que llegaron en el pasado XVIII Congreso Nacional de la Sección de Ginecología y Obstetricia Psicosomática de la S.E.G.O. entre el 9 y 10 de marzo en la ciudad de Málaga, en el que participaron profesionales de la Unidad de Reproducción del Centro Gutenberg de Málaga.
El SES calcula que la situación se prolongará al menos un mes mientras habilita un espacio más confortable
Vivimos en una sociedad cuya máxima es la rapidez. Comemos rápido, trabajamos deprisa y, en consecuencia, dedicamos poco a tiempo a pensar. La inmediatez que demandamos en todos los aspectos de la vida nos ha convertido en seres genéticamente impacientes. De hecho, un estudio británico ha revelado que, de media, no nos gusta esperar más de ocho minutos antes de perder los nervios.
La fertilidad masculina ha demostrado ser igual de determinante que la femenina. Los datos son rotundos: en un tercio de los casos la infertilidad es problema de la mujer, el otro tercio del hombre, el 15% se debe a una combinación del hombre y la mujer y el resto de los casos son inexplicados. Si bien se sabe que los problemas endocrinos, como diabetes mellitus o de tiroides, afectan a la fertilidad, en la búsqueda de las causas se empiezan a revelar los errores en la dieta como factor de alto riesgo. Pero también se ha confirmado que la ingesta de alimentos ricos en grasas poliinsaturadas omega 3, presentes en el pescado y el aceite, devienen en un esperma de mejor calidad.