La primera bebé concebida por fecundación in vitro nació en 1978. España es uno de los países que más utiliza este método.
En una de las jugarretas más pérfidas de la historia de la reproducción sexual, la rusa Angela Ermakova consiguió sacarle un hijo al tenista Boris Becker por el método de la “extracción desprevenida”: le practicó una felación y guardó el semen con el que se inseminaría más tarde. El bebé resultante no dejó lugar a dudas: era hijo de “Bum-bum” Becker.
El proceso reproductivo es, sin duda, uno de los eventos más complejos, pero al mismo tiempo más fascinantes de la naturaleza, pues representa para cada individuo la posibilidad de perpetuarse a través de sus descendientes.
En los últimos años los ginecólogos que nos dedicamos a la reproducción asistida estamos cada vez más familiarizados con el uso de fármacos anticoagulantes (HEPARINAS) que recetamos a algunas mujeres cuando realizan nuestros tratamientos.
Entre las mujeres españolas mayores de 40 años se suele preferir la inyección de esperma intracitoplasmática (ICSI) y la donación de ovocitos