El hospital Sandro Pertini, de Roma, ha saltado a los titulares del mundo tras haber cometido un error nefasto: implantaron los embriones de una mujer a otra que se quedó efectivamente embarazada. De mellizos. El caso ha levantado una polvareda en Italia, donde ambas madres reclaman a los pequeños y los expertos debaten las implicaciones legales y éticas. En España, donde somos líderes en tratamientos de fertilidad, el sector lanza un mensaje de tranquilidad: es muy difícil que algo así pueda llegar a suceder.
Las mujeres que se preparan para un tratamiento de fertilidad reciben series de inyecciones diarias de hormonas, que a menudo son incómodas, para hacer que sus ovarios trabajen más rápido y produzcan más óvulos. Pero una revisión de estudios sugiere que una única inyección de larga duración funcionaría igual de bien.
Tomar la decisión de someterse a tratamientos de fertilidad
Aunque generalmente en nuestro país se admite que en los primeros tres ciclos de fecundación in vitro se concentra la mayoría de las posibilidades de embarazo, no existe un consenso en el límite de intentos de FIV-ICSI entre los especialistas de reproducción asistida a nivel mundial, y un reciente estudio en Reino Unido plantea no limitar en 3 o 4 el número de intentos ya que sigue habiendo opciones después. Aumentar el número de intentos aumenta las posibilidades acumuladas, aunque el porcentaje de éxito que se añade a medida que se suman los ciclos es cada vez menor. No es que la tasa de éxito de cada intento vaya aumentando, sino que crece la tasa de éxito acumulado.
La inserción de finísimas agujas de acero en ciertos puntos de la piel puede favorecer tanto la implantación del embrión en los tratamientos de reproducción asistida, como conseguir un embarazo por vía natural.