Investigadores del Imperial College de Londres descubrieron que los altos niveles de una proteína están relacionados con la infertilidad y niveles bajos están asociados a sufrir un aborto espontáneo.
Esta pareja presentaba un estudio básico de reproducción en que no aparecían causas graves que dificultaran la posibilidad de conseguir un embarazo.
Han pasado más de dos años desde que el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) presentara en sociedad al primer niño nacido tras su fecundación en un Embryoscope, un incubador muy novedoso que, a diferencia de los que se utilizaban anteriormente, permitía obtener fotografías del embrión en sus primeros días (antes de ser implantado en el útero de la madre).
El profundo dolor que siente una mujer tras la pérdida de un embarazo es a veces abrumador. El apoyo familiar y de los amigos cercanos en ocasiones no es apropiado. Al intentar consolar y animar hacen justo lo contrario. Un aborto espontáneo es una situación emocionalmente impactante para cualquier mujer pero se agudiza más en el entorno de la reproducción asistida. Muchas veces estos embarazos son fruto de meses o años de tratamientos de fertilidad.
El Síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) es una de las principales causas de la infertilidad. Para trabajar sobre esta enfermedad endocrina existen varias posibilidades. En este artículo veremos cómo de importante es ir agotando fase por fase desde los tratamientos que no precisan de medicamentos, hasta los que precisen de intervención quirúrgica. No hay que obsesionarse por ir a por la FIV directamente, sin saber si antes podremos encontrar una solución más eficaz y natural.