10.000 bebes nacen cada año en España gracias a los tratamientos de reproducción asistida. La infertilidad, en aumento.
La madre se tuvo que someterse a un procedimiento que permite seleccionar los embriones que no son portadores
Desear tener un hijo y no poder alcanzar ese deseo espontáneamente es fuente de estrés, angustia y, en algunos casos, depresión. El objetivo de este artículo es el de ayudarles a conocer los sentimientos que habitualmente surgen en el proceso de búsqueda de un hijo cuando se recurre a tratamientos de reproducción asistida, y darles algunas pautas para intentar que este camino sea lo menos dificultoso posible.
La implantación embrionaria se conoce como el proceso a través del cual el embrión se ancla en el endometrio, con la finalidad de formar la placenta. Se trata de un mecanismo que permite dar sustento, nutrición y protección al embrión durante la gestación. La implantación comienza al final de la primera semana después de la fecundación del óvulo por el espermatozoide y se extiende hasta el final de la segunda semana (14 días después de la fecundación).
Cuando una pareja toma la decisión de tener un niño una de sus principales preocupaciones es que el embarazo llegue a término y por supuesto que el niño nazca sano.