Estudios realizados por un grupo de científicos del Mount Sinai School of Medicine, en Nueva York (Estados Unidos), revelaron que las células embrionarias en la placenta recorren el cuerpo de la madre gestante, y ayudan a reparar tejidos dañados, especialmente los del corazón.
Cuando estamos inmersa en la reproducción asistida corremos muchos peligros y uno muy claro es la inmovilización tanto mental como física.
España se encuentra a la cabeza de los tratamientos de reproducción asistida en Europa al alcanzar en 2014 un total de 156.865 ciclos, de los que 116.688 fueron de fecundación in vitro (FIV) y 40.177 de inseminación artificial.
En los últimos 20 años el diagnóstico y tratamiento de las parejas con problemas de fertilidad ha cambiado de manera notable.
La implantación embrionaria se conoce como el proceso a través del cual el embrión se ancla en el endometrio, con la finalidad de formar la placenta. Se trata de un mecanismo que permite dar sustento, nutrición y protección al embrión durante la gestación. La implantación comienza al final de la primera semana después de la fecundación del óvulo por el espermatozoide y se extiende hasta el final de la segunda semana (14 días después de la fecundación).