Durante la década de los 80 la congelación de embriones planteó muchas dudas acerca de la viabilidad con éxito de la técnica.
Un estudio médico realizado en el Hospital Universitario Aarhus (Dinamarca) ha revelado que las mujeres que beben más de cinco tazas de café al día reducen drásticamente las posibilidades de éxito de la fecundación in vitro y de la microinyección espermática intracitoplasmática.
Las mujeres que se preparan para un tratamiento de fertilidad reciben series de inyecciones diarias de hormonas, que a menudo son incómodas, para hacer que sus ovarios trabajen más rápido y produzcan más óvulos. Pero una revisión de estudios sugiere que una única inyección de larga duración funcionaría igual de bien.
La transferencia embrionaria es el último paso en el proceso de fecundación in vitro (FIV) y, por tanto, es uno de los más importantes en el proceso de reproducción asistida. Consiste en depositar los embriones de forma precisa y cuidada en el interior del útero, facilitando su implantación y el éxito del embarazo.
A la hora de buscar un embarazo, existen distintos factores decisivos que influyen de manera positiva o negativa en este proceso.