Luciano Di Croce y Lluís Morey, biólogos, aseguran que "hay un equilibrio entre las células madre y la formación de tejidos" | "Se empiezan a obtener resultados positivos en el tratamiento de linfomas"
Muchas veces se da por supuesta la capacidad para concebir.
La esterilidad no es barata, es cierto, y menos aún, si se tiene en cuenta su efectividad. Pagar miles de euros, libras o dólares para obtener una tasa de éxito del 60% en el mejor de los casos (lo que no deja de ser algo más que lanzar una moneda al aire) no es la mejor inversión que alguien pueda hacer.
Desear tener un hijo y no poder alcanzar ese deseo espontáneamente es fuente de estrés, angustia y, en algunos casos, depresión. El objetivo de este artículo es el de ayudarles a conocer los sentimientos que habitualmente surgen en el proceso de búsqueda de un hijo cuando se recurre a tratamientos de reproducción asistida, y darles algunas pautas para intentar que este camino sea lo menos dificultoso posible.
Es, en muchos casos de infertilidad, el paso siguiente a la inseminación artificial y la fecundación in vitro. A pesar de que el primer embarazo de una paciente con ovocitos donados se logró en 1983, y el primer niño fruto de esta técnica nació en febrero de 1984 (1988 en España), hace casi 30 años, son muchas las dudas que asaltan a las pacientes cuando su especialista en reproducción asistida les ofrece esta opción, con unas tasas de éxito mayores que la fecundación in vitro convencional.