Afortunadamente, ni las muertes de madres gestantes ni las fetales son algo frecuente, al menos en los países desarrollados. Pero las pocas que se dan suelen tener un responsable: un trastorno denominado preeclampsia, que está detrás 5% de las muertes fetales y del 46% de los fallecimientos entre las mujeres embarazadas.
Marian Cisterna, autora del libro “No tires la toalla. Hazte un bonito turbante“, es de esas mujeres que ante la adversidad se crece. Tras un aborto de tres meses de gestación y una esclerosis múltiple detectada, tiene que abandonar la idea de ser madre. Lo que en un principio parece un retroceso en su vida, termina siendo un baluarte para poder ayudar a otras mujeres en tratamientos de #reproducciónasistida e infertilidad.
Los problemas de salud y el consumo excesivo de tabaco y alcohol son algunos de los factores conocidos relacionados con la infertilidad masculina.
Apoyo psicológico y psiquiátrico La noticia de que existe un problema de fertilidad puede generar en la pareja un contratiempo importante en su proyecto de vida, y dar lugar a síntomas y emociones que comprometan su bienestar individual, social, su autoestima y las relaciones de pareja.
Cuando una pareja inicia un tratamiento de reproducción asistida – TRA – se suele acarrear ya un historial amplio de emociones que influyen en la forma de enfrentar el proceso. Sentimientos de frustración, fracaso, baja autoestima, estrés emocional, ansiedad y depresión pueden afectar a la relación de pareja durante el proceso. Mantener el estado emocional de la pareja es fundamental para que el tratamiento de reproducción asistida tenga éxito y por eso, vamos a repasar en este post los problemas que pueden surgir y cómo afrontarlos.