Vivimos en una sociedad cuya máxima es la rapidez. Comemos rápido, trabajamos deprisa y, en consecuencia, dedicamos poco a tiempo a pensar. La inmediatez que demandamos en todos los aspectos de la vida nos ha convertido en seres genéticamente impacientes. De hecho, un estudio británico ha revelado que, de media, no nos gusta esperar más de ocho minutos antes de perder los nervios.
El tratamiento del cáncer puede conducir a la infertilidad, pero a las mujeres jóvenes suele informárseles mucho menos que a los varones sobre esto, según revela un estudio sueco.
(lavanguardia.com) La máquina se compone de un tubo de masaje de silicona ajustable según la altura del usuario.
Es frecuente escuchar la expresión “bebé a la carta” ahora que la genética y el ADN están de moda, para hacer referencia a la posibilidad de “diseñar” un bebé, aunque todavía no es técnicamente posible. Es un tema muy delicado y sensible. Pareciera que en este mundo interdependiente y moderno que estamos viviendo tener un bebé sería similar a ir a un restaurant y pedirle al mozo un bife de costilla “a punto” con papas fritas y una copa de vino tinto. Algo similar a: “Quiero una hija de 1.83 metros, cabello marrón, ojos marrones, simpática, con gran inteligencia emocional, […]
Esta es una de las cuestiones que rondan la cabeza de una pareja cuando tras un tiempo, siguen sin concebir un hijo.