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Min, el dios egipcio de la fertilidad



Antes de la aparición de las religiones monoteístas existían ritos, cultos y tradiciones a un gran número de dioses. Una característica común de todas esas culturas es que la fertilidad siempre tenían un Dios o una Diosa. Un ejemplo concreto se encuentra en el Antiguo Egipto donde se rendía culto al dios Min. Y es que dejar descendencia siempre ha sido un problema que ha afectado a las familias. 

El dios Min también estaba relacionado con el ciclo de la vida. Por este motivo, era el dios de la agricultura, de la vegetación y de la lluvia. Una preciosa comparación que vincula la vida del ser humano con la tierra. Su importancia era tal, que los mineros del antiguo Egipto lo veneraban. Por lo tanto, Min era una deidad muy ligada a la madre naturaleza y a la capacidad de regenerarse. Su culto se estableció siglos antes de la implantación de las primeras dinastías y permaneció incluso entre los primeros egipcios que profesaron la religión cristiana.

Su iconografía ha sido bastante estudiada gracias al gran número de piezas arqueológicas encontradas hasta el día de hoy. Los antiguos egipcios lo plasmaron como un hombre de una sola pierna y un solo brazo que presentaba un gran falo erecto. Esto hace referencia a la historia de Min antes de convertirse en Dios. Min no puede marchar al combate con el resto de hombres de su pueblo por ser cojo. Mediante algunas argucias, consigue dejar embarazadas a todas las mujeres del pueblo. Al regresar de la guerra los hombres del poblado vieron lo que había sucedido. Como castigo le cortaron uno de sus brazos. Con el paso de los años, entendieron que lo que había hecho Min era asegurar la descendencia del pueblo. En muchas tradiciones y culturas la fertilidad siempre ha estado vinculada a la figura femenina. Por este motivo es importante el caso del dios Min, donde el vigor y el apetito sexual masculino se sitúa en un primer plano.

Actualmente muchos estudios científicos se centran en resolver los problemas de fertilidad. No sólo por el derecho que tiene cada persona a formar una familia sino por el problema global que supone una disminución de la población a largo plazo. Los antiguos egipcios vinculaban la figura de Min al poder sexual masculino. Hoy en día, la disfunción erectil ha dejado de ser un tema tabú convirtiéndose en un sujeto de estudio habitual. Un problema que tiene solución y que impide a muchos hombres disfrutar de una vida sexual normal y placentera y dificultando, también, la posibilidad de tener hijos. Esto unido a la baja calidad del esperma o a la presencia de un número reducido de espermatozoides son los principales problemas de fertilidad masculina.

El consumo de alcohol y drogas, la contaminación ambiental, algunos tratamientos médicos agresivos, lesiones testiculares o el uso de prendas de vestir son algunos de los condicionantes que pueden afectar a la fertilidad masculina.

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