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Fecundación intracorporal frente a Inseminación Artificial o Fecundación In Vitro.



Esta pareja presentaba un estudio básico de reproducción en que no aparecían causas graves que dificultaran la posibilidad de conseguir un embarazo. Sin embargo ellos no valoraban la posibilidad de someterse a técnicas de reproducción en las cuales la fecundación fuera extracorporal ni se generaran embriones congelados.

¿Se habían sometido anteriormente a otros tratamientos de reproducción asistida?
Habían realizado previamente 6 ciclos de Inseminación Artificial conyugal en otra clínica sin resultado positivo. Cuando acudieron al Instituto Europeo de Fertilidad, a la vista de los estudios y tratamientos realizados, les propusimos realizar Fecundación in vitro o Transferencia intrauterina de Gametos, esta última acorde con su idea de no congelar embriones y que la fecundación fuera intracorporal.

¿Cuáles fueron las primeras pruebas que se realizaron a la pareja?

MUJER:

  • Historia clínica detallada de la pareja con especial hincapié en antecedentes familiares y/o personales de problemas de reproducción, alteraciones genéticas, malformaciones, etc.
  • Ecografía transvaginal para valoración del aparato genital interno femenino.
  • Analítica general de la pareja y estudio hormonal de la mujer.
  • HSG (histerosalpingografía) o radiografía de útero y trompas para valorar su anatomía y funcionalidad.

VARÓN:

  • Seminograma o análisis seminal completo con valoración del número movilidad y normalidad morfológica de los espermatozoides.

¿Cuál fue el primer diagnóstico que se les hizo?
Tras la primera batería de pruebas realizadas se llegó a la conclusión de que existía una esterilidad de origen desconocido (esterilidad idiopática). Este tipo de esterilidad afecta aproximadamente a un 10-15% de las parejas con problemas de reproducción, siendo menos frecuente a medida que los procedimientos diagnósticos van mejorando. Sin embargo ante esta situación, en muchos casos, es preferible intentar tratamientos que profundizar en los estudios diagnósticos que nos van a hacer retrasar el inicio de los mismos y por lo tanto disminuir las posibilidades de embarazo.

¿Qué tratamiento se les propuso y porque?
Tras la realización de los ciclos de Inseminación Artificial, el tratamiento indicado sería una técnica de reproducción asistida que nos permitiera visualizar directamente en el laboratorio los gametos, la fecundación y el desarrollo embrionario. Sin embargo, la pareja deseaba que la fecundación se produjera en el interior del organismo materno y que no se generaran embriones congelados, por lo que descartamos la posibilidad de hacer fiv y decidimos proponer la Transferencia Intrauterina de Gametos (TIG). Esta técnica consiste en la estimulación de la ovulación, punción folicular para extraer los óvulos, preparación de la muestra de semen en el laboratorio y transferencia de un número determinado de óvulos (habitualmente 3) junto con los espermatozoides (150.000) al interior de útero a las tres o cuatro horas de su extracción. Lo que se intenta es que se produzca la fertilización (unión del óvulo y el espermatozoide) dentro del útero y posteriormente la implantación del embrión formado.

Esta técnica en la actualidad se está indicando en casos en que a pesar de obtener un buen resultado en las distintas etapas de Fecundación in vitro no se produce el embarazo. No obstante no es una indicación que esté científicamente demostrada siendo solamente una posibilidad para las parejas en esta situación.

¿La edad de la paciente fue un factor influyente a la hora de decidir el tratamiento?
Sin duda el factor más importante que se relaciona con el resultado de los tratamientos de reproducción asistida es la edad de la mujer. En este caso la edad (34 años) nos permitía realizar este tipo de técnica con garantías de éxito suficientes, y respetando los condicionamientos éticos que la pareja nos había propuesto.

¿Cómo afrontó la pareja el nuevo tratamiento de TIG?
La pareja valoró esta posibilidad con todas sus connotaciones y finalmente pidieron cita para comunicar al centro que querían comenzar el tratamiento de TIG, aceptando las menores posibilidades de éxito de esta técnica respecto a la Fecundación in Vitro. Esto supone que los pacientes afrontan las dificultades propias del proceso de una forma más relajada y más acorde con su propia forma de pensar al mismo tiempo que intentando conseguir su objetivo final, que no es otro que el embarazo.

¿Cuáles fueron los resultados obtenidos?
Tras la realización del primer ciclo en que se obtuvo una buena respuesta ovárica y embrionaria el resultado negativo supuso una cierta desilusión para la pareja y para el equipo médico. Sin embargo como ocurre en estos casos, el diálogo continuado y la valoración objetiva de los datos obtenidos durante este ciclo de TIG permitieron una valoración más optimista de la situación, de manera que no había ningún empeoramiento de su pronóstico. Esto hizo que tanto la pareja como el equipo médico se decidieran por un nuevo ciclo sin cambios en el proceso, lo que supuso nuevamente una buena respuesta tanto ovárica como embrionaria, con la diferencia de que en este caso la beta HCG a los doce días de realizar la transferencia intrauterina fue positiva.

¿Qué grado de satisfacción cree que tiene la pareja con todo el proceso?
El grado de satisfacción de la pareja es muy alto ante el convencimiento de estar realizando una técnica con unas posibilidades de éxito mucho mayores que la Inseminación Artificial obviando los problemas éticos y/o morales que pudiera plantear la Fecundación in vitro por el hecho de que la fecundación sea extracorporal y en un porcentaje importante de casos haya que congelar embriones.

¿Qué papel jugó el equipo médico en el tratamiento y en el apoyo a la pareja?
La labor del equipo médico en este tipo de situaciones es fundamental debido a que aparecen nuevas connotaciones en el tratamiento reproductivo sobre todo desde el punto de vista psicológico, ético, de cara a que la pareja pueda afrontar una nueva situación que no se habían planteado anteriormente.

Es fundamental que el equipo médico respete y entienda las argumentaciones que estas personas realizan con respecto a las técnicas de reproducción asistida y al mismo tiempo es muy importante que dicho equipo transmita una información detallada, veraz y objetiva sobre las distintas técnicas de reproducción asistida y sus posibles connotaciones prácticas tanto desde el punto de vista de la salud como desde el punto de vista ético y moral.