Que no os asusten con el parto… Mi experiencia

¡Hola a todas!
Antes que nada enhorabuena por vuestros embarazos y mucha suerte a todas.
Quiero contaros mi experiencia, porque sé que cuando estás embarazda te llegan muchas informaciones y muchos casos horribles de las amigas, de las primas, de las hermanas de la amiga de la vecina del quinto… No dejeis que os asusten con el parto, ni con el embarazo.
No vivais el embarazo como una enfermedad, sino como el proceso maravilloso que es, como un periodo mágico, lleno de ilusión y sentimientos que no volvereis a sentir jamás. Disfrutad de cada cambio que surja en vuestro cuerpo y si por ejemplo, no podeis cortar las uñas de vuestros pies, no os frustreis, pedid a vuestro marido que lo haga y que os dé un masajito y disfrutad de ese momento de relax…
Y el parto es un proceso natural y, aunque duele, es un momento precioso, creedme. Vuestro cuerpo está preparado para ello y se pasa, de verdad que se soporta. La naturaleza es sabia, dejadla hacer, dejad que las contracciones hagan su trabajo, estad lo más relajadas que podais para que cuando venga la contracción se encuentre con unos músculos relajados y que se abran sin mucho esfuerzo ni sufrimiento. No es difícil si estais tranquilas y practicais las respiraciones y los pujos en casa.
Yo, además de la educación maternal, hice yoga durante el embarazo y es algo que os recomiendo a todas, pues a mí me ayudó muchísimo, no sólo para vivir el parto muy tranquila y controlada, sino para tener un embarazo más sano, para está mucho más ágil y en forma física y para comunicarme con mi nena, que ahora para dormirse hace los mismos ruidos que hacía yo cuando practicaba los ejercicios. Mi marido vino a una clase en la que enseñaron a los papás las respiraciones que practicabamos para el parto, para que nos ayudaran si perdíamos el control, lo que me fue realmente útil, pues se implicó mucho en el parto y me ayudó a concentrarme y a respirar.
Hay quien dirá que yo hablo así porque ya se me ha olvidado. Es cierto, se olvida. Y se olvida en cuestión de horas. Pero os aseguro que yo hablaba igual antes de salir del paritorio.
Hay quien dirá que yo hablo así porque tanto mi embarazo como mi parto han sido muy buenos, y es cierto, mi parto fue de película y mi embarazo súper sano. Cogí poco peso, me cuidé mucho aunque no me privé DE NADA, no me ha subido la tensión, ni el azúcar, no se me han hinchado los pies ni he tenido anemia, he estado muy ágil hasta el final, he ido de concierto embarazada de más de 7 meses y he estado saliendo a comer y a tomar algo hasta el mismo momento del parto, pero en parte ha sido así por mi actitud, porque yo también tenía ardores y me costaba atarme los zapatos, a mí también se me hicieron pesadas las últimas semanas (sobretodo teniendo en cuenta que me pasé dos semanas…) y también estaba ansiosa por tener a mi nena en brazos. Pero lo viví como algo muy natural. Por ejemplo, en las 2 semanas después de salir de cuentas, es un poco desesperante ver que pasan los días y no te pones de parto, con las ganas que tienes, pero yo me lo planteaba de la siguiente manera: mi nena nacería, cuando tuviera que nacer, ella marcaría sus pautas y nadie le iba a meter prisas, tenía su momento y había que dejarla decidir cuándo era ese momento, por eso no me lo provocaron al llegar a la semana 42, porque estabamos genial las dos. De hecho, cuando di a luz, mi placenta estaba nueva y tenía mucho líquido, por tanto, no había que tener prisas…
Y el parto fue muy rápido; sin anestesia, sin suero, nada. Empecé con contracciones a 12 de la mañana y estuve todo el día sin parar, pero siguiendo con mi vida y muy feliz de ver que se acercaba el momento. A las 12.30 de la noche me ingresaron con 1 cm. de dilatación y ya empezaron las contracciones un poquito más fuertes. Pasé casi toda la noche en una habitación en la que otra chica y su madre dormían y ni me escucharon, así que imaginaos lo controlada que estaba. Me levantaba y paseaba, apoyandome en mi marido en cada contracción o me tumbaba con las piernas muy abiertas mientras él cogía mi mano y respiraba conmigo. Así llegué, casi sin pensar, a las 7.30 de la mañana, cuando me llevaron al paritorio y me monitorizaron. Ahi perdí un poco el control porque un matrón (que por suerte, acabó su turno media hora después) me decía que aún estaba igual que cuando llegué y mis contracciones no eran de parto todavía y en ese momento pensé que, si eso era cierto, no lo soportaría, así que pediría la epidural al llegar a 3 cm. Pero en seguida llegó otra matrona que me exploró y me dijo que no, que ya estaba de 5 cm. Esto fue a las 8.15. Empecé a controlar y respirar de nuevo y a las 9 llamé a una enfermera porque empecé a tener muchas ganas de empujar. Hablando con ella rompí aguas, me miró el matrón que me asistió (que fue encantador) ¡y ya estaba de 10 cm!. Di un par de pujos yo sola mientras se preparaban para el parto y ya se acercó el matrón y en el segundo pujo que di con él, salió la cabeza, un tercer empujón para el hombro y a las 9.10 tenía a mi tesoro sobre mí. Fue todo muy relajado y bonito, excepto ese momento en que perdí el control, porque también tengo que decir que es muy fácil descontrolar y entonces sí que duele… Por eso es tan importante estar tranquila y relajada y respirar para oxigenar a tu bebé y que no sufra en el parto.
A las 10 ya estaba en la habitación. A las 12 ya me había levantado, había hecho pipí y me había tomado un zumo. A la 1 estaba almorzando y a las 2 duchandome yo sola.
Ya veis, sin epidural, sin suero ni medicación de ningún tipo y aqui estoy, así que se soporta… Ahora, también os digo que yo había dejado firmados los papeles de la epidural “por si acaso”, pues si la hubiese necesitado, me la habría puesto.
También decir, por último, que claro que pueden surgir complicaciones.  En mi caso, por suerte, fue todo sobre ruedas, pero no siempre es así. Por desgracia no siempre sale todo como planeamos y a veces surgen contratiempos y situaciones que no nos gustaría vivir; pero si es el caso, hay que tomarlas con la mayor calma posible y aceptarlas como vengan y pensar que aunque algo no salga del todo bien SIEMPRE hay una segunda opción, aunque ésta no sea la más deseada en un principio.
Espero que os sirva mi experiencia y que vuestros embarazos vayan todos muy bien y sin complicaciones.
¡Muchísimos besos y suerte a todas!