Qué panzón de llorar, chicas..

Ahora, que me he calmado, os lo puedo contar. Me he llevado un susto morrocotudo. He ido a coger al niño del carrito para ponérmelo en la mochilita, porque lloraba (lo uso como truco cuando se cansa, para calmarlo y así llevar los brazos libres para empujar el carrito) y se ha dado un golpe con la cabeza. Yo estaba en una tienda, esperando para pagar, y para meterlo en la mochila lo he levantado un poco, sin reparar en que el techo era bajísimo. De verdad que en un microsegundo se me ha helado la sangre de todas las venas. No ha sido un golpe fuerte, porque tampoco lo había lanzado para arriba, pero le he visto una rojez en la cabecita. De inmediato me lo he puesto al pecho, en un probador, para consolarlo y al terminar he salido disparada para el centro de salud. Mientras la pediatra de urgencias lo examinaba, he roto a llorar de los nervios, aunque me ha asegurado que sólo parece un leve rasguño y que el crío no tiene ninguna pinta de tener lesión. Me ha preguntado con cariño si yo era mami primeriza (lo llevamos escrito en la frente!!) y me ha dicho que si me quedaba más tranquila no le dejara dormir en un par de horas y observara si estaba adormilado o si vomitaba. Claro, ya me tenéis a mi, la paranoica namber guan, sin quitarle el ojo al enano en toda la tarde. Pobret! Se me va a agobiar. Al final le he dejado que durmiera una siestecilla y se ha quedado frito unos minutillos. Ay que madre le ha tocado..

Se le ha quedado un rasguño rojo que, por contraste con la piel tan blanca, me parece que se ve de lejos.. Tanto miedo a que no se le caiga a nadie y al final resulto ser yo misma su mayor peligro. Me he sentido fatal, pobrecito. No sabéis lo que habría dado por dar marcha atrás y no haber decidido sacarlo de la maxicosi. No pienso más que en lo que podría haber pasado si se llega a dar en la fontanela, que la tienen tiernísima. Perdonad el rollo, pero es que me he asustado muchísimo. Después de salir de la consulta he llamado a mi marido y se lo he explicado, casi sin saber cómo hacerlo. Le he pedido que no ande a contarlo a la familia, que luego estas cosas siempre salen a relucir en ocasiones posteriores.