hoy hace un año…

Os lo dedico a todas vosotras. Porque un día yo estuve aquí… ;)
Hoy hace un año que me hice el test de embarazo.
Recuerdo que había pasado el fin de semana yendo al baño a mirarme cada dos por tres. El sábado en casa de una amiga, que celebraba el nacimiento de su niña con una merienda de amigos y el domingo en casa de mi suegra, con comida familiar incluida en la que tuve que responder de nuevo porqué no me animaba todavía a tener hijos (¡¡Ah, si supieran!!), allí cogí a mi sobrinita de un año en brazos y me hizo polvo los pechos (¡Qué mosqueo!). !). Fue un fin de semana intenso, lleno de ilusión y miedo, haciendo de tripas corazón para merendar en casa de mi mejor amiga con la mejor de mis sonrisas y sorteando preguntas incómodas en casa de mi suegra. El domingo por la noche me metí en la cama esperando una vez más y en secreto que no me bajase la regla. De nuevo tenía un retraso, esta vez de tres días. Dios mío, ¿Por qué tenía que pasar otra vez por esto? Ya era duro que cada mes viniese puntualmente la regla pero si encima se me retrasaba algo mi mente comenzaba a mostrar enseguida síntomas de embarazo. Esta vez no notaba nada. Bueno, sí, quizás las tetas más sensibles, más duras, ¿O era mi imaginación? Bah, ni lo comenté con mi chico, él sabía que me tenía que bajar y tampoco decía nada, no quería verme llorar de nuevo, no quería darle más importancia. Me dormí y esa noche soñé que me levantaba al baño muy temprano, me hacía el test de orina y me daba positivo. A las 7 me desperté. No paraba de pensar en ello, en mi sueño, en mi retraso de tres días, “¿Qué hago? Venga, arriba, tienes que salir de dudas ya o te volverás loca. Cuando se pasen los nervios ya verás cómo te baja por fin la regla”. Al final me levanté al baño y con las manos temblando y el estómago lleno de mariposas me hice el test. Aunque mi cabeza me decía de nuevo que no me hiciese ilusiones, mi corazón latía a toda velocidad esperando el positivo. Salieron por primera vez en mi vida las dos rallitas. Muy débiles, sí, pero ahí estaban las dos. En las manos sostenía el test. Lo miraba esperando que una de las dos rallas se borrasen. No me lo podía creer, ¡Mi sueño se había cumplido! Llena de felicidad y hecha un manojo de nervios pensé en mi chico que esperaba en la cama haciéndose el dormido (el pobre pensó que me había bajado la regla y estaba en el baño poniéndome un tampax. Estaba preparándose de nuevo para consolarme). Me metí muy despacito en la cama y él me abrazó por detrás y me dio un beso en la cabeza. Le dije en voy muy baja que me había hecho el test de embarazo. “¿Y? ” susurró él. Con el mismo tono de voz y sin girarme le respondí “me ha dado positivo” Entonces él, susurrando de nuevo me soltó un “¡¡No jodas!!”. Me giré por fin y le sonreí en la penumbra de la habitación, llena de felicidad y todavía sin creérmelo. Era nuestro milagro. Irene venía en camino. Nada podía presagiar que hoy estaría escribiendo esto mientras mi niña de tres meses y medio duerme en su moisés ajeno a todo, feliz y en paz, con el chupete colgando de su boquita entreabierta, los brazos doblados a los lados de su cabecita pelona, el cuerpecillo de bebé metido en su pelele holgado de color fresa y a medio cubrir por la sábana… :happy: