EL NACIMIENTO DE MI PEQUEÑA GRAN LUCHADORA

Ahora que tengo un momento cumplo con lo prometido y entro a contaros mi experiencia
El día 5 ingresé por la tarde y el 6 tempranito empezaron a prepararme para bajarme a quirófano. Tengo que decir que estaba muerta de miedo, me temblaban hasta las pestañas pero mi niña me daba fuerzas y yo pensaba que con todo lo que había luchado en mi barriga lo iba a seguir haciendo y todo iba a salir bien.

Una vez en quirófano llegó el anestesista, un hombre que enseguida me tranquilizó y me dio mucha confianza. No me enteré del pinchazo y de repente me vi con el telón delante y con las piernas cada vez más dormidas. Por suerte dejaron entrar a mi marido, que aunque estuvo en una esquina yo lo podía ver. El personal, todo, matrona, los dos ginecólogos, enfermeras, el anestesista… todos un 10. Tardaron lo que para mí fue una eternidad, pero de repente vi a mi marido con el lagrimón cayéndole y oí al médico que decía: “aquí está la muñeca de mamá”, me la pusieron delante un segundo y entonces la que empecé a llorar fui yo… qué alivio verla, oir su primer llanto…

Al momento se la dieron a mi marido envuelta en su mantita, le pusieron un pequeño taburete para que se sentara, y yo con el cuello totalmente doblado y la cara llena de lágrimas lo miraba a los dos y no me lo podía creer, por fin tenía a mi niña! En cuanto terminaron de coserme me llevaron unos 20 minutos a otra sala y mientras mi marido y mi princesa se iban a la habitación a esperarme. En cuanto subí me la puse al pecho con la ayuda de una matrona maravillosa y desde entonces no se ha soltado, jaja

La recuperación de la cesárea ha sido muy buena, rápida y muy poco molesta. El tercer día me dieron el alta y para casa, y desde entonces no he parado. La miro, me mira y me siento la mujer más afortunada del mundo.

Y cuando se estira y levanta el brazo parece que me dice “mamá, he ganado!”
Es mi pequeña gran luchadora.