supongo que estoy empezando a aceptarlo

Hola a todos:

Como podéis ver en mi historial hace poco que sé a ciencia cierta que vamos a tener que someternos a tratamientos de fertilidad para poder ser padres. Antes de que nos soltaran la bomba llevábamos 2 años intentando embarazarnos sin comentar nada con nadie. Cómo ya no somos unos críos, pues lo típico la gente nos preguntaba ¿que para cuándo el niño? Y a mi cómo supongo que a vosotras se me ponía un nudo en la garganta, sonreía como si no me estuviera muriendo por dentro y decía algo así cómo ¡aún es pronto, somos jóvenes ya llegará!. Creo que todos en este foro conoce la sensación.

Bueno pues después del diagnóstico de la azoospermia y de mis mega quistes en los ovarios la cosa sólo fue a peor, este mes de agosto a debido de ser uno de los peores de mi vida.

Pues bueno, a  lo que voy. Esta mañana me he encontrado con una compañera de la carrera a la que hacía años que no veía,Cris y yo somos enfermeras y estamos en medio de una oposición así que lo típico: ¿qué tal el examen? ¿estudias mucho? ¿se sabe algo de la fecha del segundo? y esas pequeñas tonterías que comentas con gente que hace mucho que no ves. En ese momento ha pasado otra compañera de promoción con su peque de unos 2 meses en el carro… y hemos seguido con la conversación superficial que teníamos. Esta chica ya tiene dos pequeñajos y ¡cómo no! ha salido la dichosa preguntita “¿y vosotras para cuándo os vais a animar?”. En ese momento y no sé muy bien porque me ha salido de forma espontánea y sin dramatismo: “Pues no lo sé, tengo problemas de fertilidad y estoy en tratamiento pero la cosa parece difícil”. Ha habido un pequeño silencio y Cris ha contestado: Yo ahora tampoco puedo, me acaban de operar de un cáncer de cérvix y tengo que esperar algún tiempo. Cris y yo nos hemos mirado y en ese milisegundo hemos conectado cómo no lo habíamos hecho en los 15 minutos que llevábamos hablando. La pobre del niño se ha quedado con una cara de circunstancias que daba penilla y al poco a dado una excusa y se ha ido. Cris y yo nos hemos sonreído y aunque era una sonrisa triste también era una sonrisa de comprensión. Hemos seguido hablando un buen rato y sin llanto, ni agobio he podido hablar por primera vez serenamente de mi problema.

Hoy por primera vez desde julio me siento con fuerzas y optimista. Realmente creo que puedo superar todo esto. Va ha ser largo, va a ser duro… pero sé que puedo hacerlo. ¡VOY A CONSEGUIRLO! ¡VOY A SER MADRE!