… Y el peor día de nuestras vidas

El pasado 6 de Enero abrí un post que debe andar por las profundidades del foro que titulaba “Los mejores Reyes de nuestra vida”. Mi mujer estaba embarazada después de 5 años y medio de búsqueda.

El pasado día 24 pasamos el mayor dolor que pueden sufrir unos padres. Un parto natural prematuro se llevaba a nuestro hijo al cielo donde ya debe estar disfrutando de su abuela materna y curado del síndrome que portaba.

Quiero contaros lo vivido por si le puede servir a algun@ en el futuro.

En la segunda ecografía que le hacen a mi mujer, detectan que el feto tiene la translucencia nucal de 4 mm. Esta es una medición que hacen en la semana 12 de la cantidad de líquido que tiene en la zona nucal y que permite prever si trae problemas cromosómicos y/o de corazón. Se considera anormal por encima de 3 mm.

Te hablan de que las posibilidades de que el niño sea “normal” se reducen a un 20%. Que puede ser sindrome de down, de turner, de edwards, espina bífida etc etc…

La única opción para saber si padecía alguna anomalía cromosómica era la amniocentesis. Esta prueba, según nos dicen, tan sólo arroja un 0,5 – 1% de riesgo de aborto. Se practica entre las semanas 15 y 16 que es cuando hay suficiente líquido.

El 18 se la hacen a mi mujer. Nos dicen 2 días de reposo absoluto en horizontal. Mi mujer estuvo 3. El 4º día por la noche empieza a sentir molestias, el 5º emìeza a manchar, la ingresan con riesgo de corioamnionitis, es decir, el líquido amniótico está infectado, pudiendo acabar con el feto e incluso producir daños fatales a la madre.

El 6º por la mañana, que ya podíamos recoger los primeros resultados de la amniocentesis, nos dicen que ven mucho riesgo, que si estamos decididos a seguir dé lo que dé la amnio. Respondemos que nos da igual el síndrome que traiga, que queremos tener a nuestro hijo. Nos dice que si en 24 horas no responde al tratamiento habría que provocar el parto o podría afectar además de al niño a la madre.

Recojo los resultados. Trosomía 21. Sindrome Down. No pasa nada. Lo vamos a querer más aún.

Pero ya no luchábamos contra eso. Le pusieron antibióticos fuertes que posibilitaron la no afección a mi mujer pero las pérdidas de líquido iban a más. Esa madrugada empezaron las contracciones y a eso de las 8 de la mañana del día 24 Dios se llevó nuestro bebé al cielo, donde ya lo tenemos de aliado para pedirle que les dé fuerza a mamá y papá para traer un hermanit@ lo antes posible.