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Astenozoospermia y otras “enfermedades” del semen y los espermatozoides



Se considera que el semen de un varón presenta astenozoospermia cuando un alto porcentaje de los espermatozoides tienen su movilidad reducida.

Según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos la mitad de los espermatozoides deben moverse y más del 25% deben moverse de forma rápida, rectilínea y progresiva. A causa de la astenozoospermia, lo que ocurre es que los espermatozoides pierden por completo su movilidad o se mueven de forma más lenta de lo normal.

Sin embargo, la astenozoospermia no es el único problema que puede presentar una muestra de semen. En este artículo te describimos con detalle cada uno de ellos.

Infertilidad masculina: Cómo detectar la astenozoospermia

El 35% de los casos de infertilidad tienen su origen en el factor masculino. De todos estos casos, entre el 30 y el 40% están directamente relacionados con trastornos en el semen, tales como la astenozoospermia.

Además del análisis de la historia clínica y de la exploración física, para poder determinar cuál es la razón por la que una pareja no puede llegar a concebir de forma natural, en primer lugar, se debe llevar a cabo un análisis de semen o seminograma.

Para que el seminograma refleje resultados fiables, la OMS recomienda una abstinencia previa de unos 3-4 días. Es muy importante que la muestra se recoja completa sobre el frasco estéril, si parte del eyaculado se derrama fuera no se podría realizar este test.

De esta forma, los espermatozoides eyaculados son más recientes y de mayor calidad, ya que no habrá pasado mucho tiempo desde la última eyaculación -lo que haría que, por ser estos más antiguos, hubiera empeorado su calidad-.

Se suelen realizar dos seminogramas para poder considerar que existe un problema en los espermatozoides.

Estudio del semen: ¿Qué parámetros se miden con el seminograma?

Los parámetros del estudio inicial son:

  • Volumen: debe ser mayor de 1,5 mililitros.
  • pH: debe ser mayor de 7
  • Aspecto, color, viscosidad y homogeneidad: un semen normal debe ser gris, opalescente y homogéneo.

En los parámetros principales del estudio microscópico están:

  • Concentración: debe llegar, al menos, a 15 millones de espermatozoides por mililitro.
  • Movilidad: se analiza su progresividad (distancia que avanzan), su movimiento (en línea recta o en zigzag) y la velocidad con la que se mueven (rápida o lenta). Al menos un 40% de los espermatozoides deben tener estos tres parámetros correctos para poder considerarse de buena calidad.
  • Morfología: se valoran la cabeza, el cuello y el flagelo (cola) de los espermatozoides para conocer qué porcentaje de ellos tiene la forma correcta (los normales deben estar por encima del 30%) y qué defectos pueden presentar en sus distintas partes (doble cabeza, anomalías en la parte intermedia o colas cortas, por ejemplo).
  • Vitalidad espermática: en la muestra debe haber al menos un 50% de espermatozoides vivos y móviles.

Astenozoospermia y otros problemas en el semen

Además de la astenozoospermia (movilidad reducida de los espermatozoides), cuando en el seminograma se detecta que el semen o los espermatozoides no cumplen ciertas características, estos son los problemas que se pueden diagnosticar.

En los espermatozoides:

  • Azoospermia: ausencia total de espermatozoides en la muestra de semen.
  • Oligozoospermia: recuento bajo de espermatozoides (por debajo de 15 millones de espermatozoides por mililitro).
  • Astenozoospermia: movilidad de los espermatozoides reducida (cuando menos del 30% de los espermatozoides no tienen una movilidad normal).
  • Teratozoospermia: espermatozoides con morfología anormal (cuando menos del 4% de los espermatozoides no tienen una forma normal).

En el semen:

  • Hipospermia: cuando durante el eyaculado se expulsa una cantidad de semen baja.
  • Aspermia: cuando en el eyaculado no se expulsa absolutamente nada.

Este tipo de problemas en el semen y los espermatozoides pueden estar ocasionados por una patología médica de base (infecciones, diabetes, eyaculación retrógrada, tumores…), o bien por cuestiones relacionadas con el estilo de vida, tales como el consumo de tabaco, drogas y/o alcohol, una dieta desequilibrada o el sedentarismo.