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Esta es la frecuencia con la que hay que tener sexo para quedarse embarazada



Es el dilema de muchas parejas que buscan un hijo: ¿cómo planificar el sexo? “La calidad del semen se optimiza cuanto más se eyacula: aumenta el movimiento de los espermatozoides y disminuye la fragmentación del ADN espermático (roturas o lesiones en el material genético)”, argumenta Koldo Carbonero, presidente de la sección de esterilidad e infertilidad de Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia y jefe de servicio de ginecología Hospital Quirónsalud Donostia. “Estos daños se hacen más frecuentes cuanto mayor es el periodo de abstinencia”, le apoya Alfonso de la Fuente, director médico del Instituto Europeo de Fertilidad y miembro del grupo de ética nacional de la Sociedad Española de Fertilidad. Cabría pensar entonces que cuantas más veces se haga, mejor; sin embargo, la respuesta no es tan sencilla.

Para Antonio Gosálvez, director de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y profesor de Fisiología Reproductiva de Universidad Europea de Madrid, la frecuencia óptima para quedarse embarazada es “días alternos desde el día 10 al 14 del ciclo que es cuando hay más posibilidad de que se produzca la ovulación”. Francisca Molero Rodríguez, codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona y vicepresidenta de la Federación Española de Sexología explica por qué: “El óvulo está receptivo 48 horas y los espermatozoides viven 72 fuera de los testículos, así que con sexo en días alternos se abarcarían todas las posibilidades de embarazo en el ciclo”.

Además, la especialista no considera que una frecuencia diaria acompañe a una mayor calidad de los espermatozoides: “El volumen y la calidad tarda un tiempo en recuperarse”. En este aspecto también coincide la doctora Yolanda Paisano, especialista de la Unidad de Reproducción del Hospital Príncipe de Asturias: “Las relaciones todos los días no conceden al testículo el tiempo suficiente para vuelva a producir tantos espermatozoides. Desde el punto de vista reproductivo no existe necesidad”.

Para el ginecólogo Enrique Pérez de la Blanca, jefe del servicio de Reproducción Asistida del hospital Quirónsalud Málaga, cualquiera de las propuestas es buena si es lo que a la pareja le apetece. “Yo no pondría ninguna pauta aparte de tener relaciones sexuales. No obstante, lo que sí es un error es esperar al día bueno por pensar que cuanto más volumen de esperma se eyacula, mejor. Para ese entonces, el semen habrá empeorado”, dice el médico. La doctora Paisano precisa: “Una muestra de semen después de cinco días de abstinencia puede suponer una disminución de los parámetros de calidad seminal”.

Pendientes del calendario

Además de la frecuencia, es importante saber cuáles son los días más fértiles. Todos los ginecólogos consultados coinciden en que las probabilidades más altas de concebir se alcanzan “el día anterior a la ovulación”. El momento clave es “el día 14 del ciclo de la mujer, pero la realidad es que es difícil saber cuando ovula. Un mes puede hacerlo el día 9 otro el 15”, advierte el obstetra Carbonero. Incluso puede que “un ovario esté menstruando y el otro ovulando”, añade Molero, lo que Gosálvez ejemplifica: “existen casos de mujeres que se han quedado embarazadas nada más terminar el periodo”. Para este doctor, un síntoma que indica el momento adecuado es “el flujo preovulador, que durante estos días gana consistencia y tiene apariencia de clara de huevo”.

También hay que tener en cuenta las fases de la eyaculación. El médico Alfonso de la Fuente opina que la primera fracción “es la que mejor calidad tiene, por eso es importante que sea esta la que se produzca en el interior de la vagina”. A partir de ese momento, “calculamos que aproximadamente a los dos minutos los espermatozoides han llegado a la trompa, así que todo lo que se haga después no va a mejorar el resultado”. Pasado este tiempo, la doctora Molero aconseja no preocuparse “si sale semen de la vagina. Se trata de plasma seminal y ahí no irán los espermatozoides encargados de la fecundación”.

Pérez de la Blanca y Yolanda Paisano relajan aún más las normas anteriores: “En principio, una pareja joven que tenga relaciones un par de veces a la semana, no tiene que estar pendiente de reloj ni calendario. Lo que se recomienda es tener relaciones frecuentes sin mirar si se está en periodo fértil o no. El 80% de las parejas que no tienen problemas de fertilidad habrán logrado el embarazo en el primer año”.

No se puede olvidar el placer

Sin embargo, no hay que desesperarse si el deseado embarazo se retrasa: “Cada mes, la posibilidad de embarazo en una pareja sana no pasa del 30 o del 32%”, afina Alfonso de la Fuente. Los expertos coinciden en que, aunque se tenga el embarazo como objetivo, el sexo tiene que seguir siendo sinónimo de placer. “Y mejor evitar, en lo posible, leer más de la cuenta, hacerse tests de ovulación, que acaban siendo poco fiables, o tomarse la temperatura para intentar predecir algo que solo la naturaleza puede concretar. Establecer días, horas y posturas lo único que hace que aumente la presión y la ansiedad”.

“El placer facilita la fecundación porque durante la fase de orgasmo se producen contracciones que ayudan a que el espermatozoide llegue al óvulo”, cuenta Francisca Molero. Pero más allá de la cuestión fisiológica, recomienda “no obsesionarse con el tema, porque así dificultamos la tarea”. Hay que dejar espacio al deseo, la espontaneidad y la diversión porque “la actividad sexual en el ser humano no solo es reproductiva. Cada vez más, es como si tuviéramos que tener una agenda y una calculadora, y hay cosas que es mejor no controlar. Las reglas estrictas en cuanto al sexo pueden arruinar una pareja”, advierte. ¿Y cuáles son las posturas más recomendables? En esto, la doctora es tajante: “Las que favorezcan la intimidad”.