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Indemnizan a una paciente a la que dejaron dentro una gasa



Una vecina de la capital tuvo que someterse a una cesárea y los dos ginecólogos que la atendieron se dejaron olvidada una gasa en el interior de su útero. La víctima de este error médico, que llegó a perder un ovario, recibirá una indemnización de 47.000 euros. A grandes rasgos, ese fue el acuerdo que se alcanzó ayer en el Juzgado de lo Penal 3 de Jaén entre los abogados de la paciente y de los acusados. Los dos ginecólogos y los responsables de la clínica privada asumieron su responsabilidad por una antigua falta de lesiones por imprudencia, que ya está despenalizada. Es decir, la sentencia para ellos será absolutoria desde el punto de vista penal. Sin embargo, deberán pagar una compensación a la víctima en concepto de responsabilidad civil.

Los hechos se remontan a octubre de 2013, cuando la mujer, una vecina de la capital de poco más de 30 años, acudió a un centro sanitario privado para dar a luz. El equipo médico que la atendió le practicó una cesárea, que se desarrolló con total normalidad. Sin embargo, olvidaron retirar una gasa quirúrgica. Pocos días después de la operación, la mujer comenzó a sufrir dolores y molestias. En un primer momento, atribuyó esos síntomas a las secuelas propias de la intervención. Sin embargo, fueron pasando los días y las semanas, sin que las dolencias remitieran. Todo lo contrario. Finalmente, decidió acudir al Complejo Hospitalario de Jaén para ser visitada por especialistas. El primer diagnóstico fue un mazazo. Le dijeron que podía sufrir un tumor. Un golpe durísimo. De hecho, en ese momento, ni tan siquiera sospechaba que los síntomas se debían a que tenía una gasa quirúrgica en el interior de su organismo.

La paciente decidió buscar una segunda opinión médica y visitó una clínica privada de Granada. Fue allí donde acabaron con su angustia. Le confirmaron que ese bulto que se apreciaba en su útero podría ser material quirúrgico olvidado. Finalmente, en septiembre de 2014, es decir, once meses después de la cesárea, tuvo que ser de nuevo intervenida quirúrgicamente para extraerle la gasa. Como secuela, fue necesario extirparle un ovario.

A finales de ese mismo año, en concreto, el 23 de diciembre de 2014, la víctima presentó una denuncia por la vía penal para tratar de aclarar lo sucedido. Cayó en el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén. El juez Fernando Moral imputó, en primer lugar, al ginecólogo que le práctico la cesárea. Después de escuchar su declaración, también llamó como investigados a un segundo ginecólogo y a una auxiliar de enfermería. El magistrado entendió que había indicios suficientes como para procesarlos por un delito de lesiones por imprudencia. La Fiscalía no presentó cargos contra ellos, mientras que la paciente reclamó una condena de un año de prisión. Ayer, los tres sanitarios estaban llamados a juicio en el Penal número 3. Sin embargo, antes de entrar a la sala de vistas, los letrados de los acusados y de la víctima alcanzaron un acuerdo. El primer paso fue retirar la acusación contra la auxiliar de enfermería, defendida por el abogado Bartolomé Carrascosa, por lo que quedó absuelta con todos los pronunciamientos favorables. El segundo paso fue que los dos ginecólogos y la clínica asumieran su responsabilidad. Para ellos, la sentencia también será absolutoria desde el punto de vista penal —son autores de una falta de imprudencia leve, que ya está despenalizada—. Eso sí, tendrán que hacer frente a partes iguales a los 47.000 euros de indemnización, una cantidad que asumirán sus respectivas compañías aseguradoras.