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Investigación y técnicas avanzadas, claves en Reproducción Asistida



Un test de embarazo negativo después de varios tratamientos de fertilidad supone un verdadero drama. Los fallos de implantación y los abortos de repetición provocan un enorme desgaste físico y emocional durante la búsqueda del embarazo.

Son muchos los factores que intervienen para que un embarazo se produzca y evolucione hasta el nacimiento de una nueva vida. El objetivo de la medicina reproductiva es conocer y controlar, en la medida de lo posible, todos estos factores.

Serán cruciales la viabilidad genética del embrión y la receptividad del endometrio, capa que recubre el útero materno, donde el embrión anidará y se desarrollará hasta convertirse en un bebé.

“Para que el proceso culmine con éxito se debe producir un diálogo molecular entre el embrión y las células del endometrio”, comenta el ginecólogo Sergio Rogel, Director Médico nacional de la clínica de fertilidad IVF Spain.

Médicos, embriólogos y científicos deben tener un firme compromiso con la investigación y con la mejora constante de los tratamientos, centrando sus esfuerzos para hallar la causa del fallo del tratamiento.

“Que muchas mujeres hayan logrado gestar a un bebé sano tras numerosas decepciones en tratamientos previos nos hace pensar que vamos por el camino adecuado. Comprendemos la importancia que tiene para nuestras pacientes, no sólo quedarse embarazadas, sino conseguirlo en el menor número de intentos posible, evitando sumar sufrimiento y desgaste emocional”, resalta el Dr. Rogel.

Alteraciones cromosómicas en el embrión

Un embrión con un número anómalo de cromosomas, en la mayoría de los casos, no implantará en el útero materno o lo hará y detendrá su desarrollo provocando un aborto temprano.

Mediante pruebas genéticas que garanticen su viabilidad, es posible aumentar significativamente las tasas de embarazo evolutivo. Esta prueba se conoce como DGP-A(Diagnóstico Genético Preimplantacional de Aneuploidías), o como PGS (del inglés Preimplantation Genetic Screening).

Las alteraciones cromosómicas, tanto numéricas como estructurales, empiezan a ser frecuentes cuando la mujer sobrepasa los 38 años. Por ello, el PGS supone una enorme mejora en la probabilidad de embarazo en pacientes a partir de esa edad.

Además, al asegurarnos de que escogemos un embrión capaz de implantar y desarrollarse, no necesitamos transferir varios embriones, reduciendo los riesgos que un embarazo múltiple supone tanto para la madre como para el bebé.

La importancia del factor masculino

Muchas veces parece que los estudios se centran solo en los factores femeninos, pero nada más lejos de la realidad. El factor masculino es responsable de más del 40% de los casos de infertilidad.

A día de hoy, mediante un seminograma avanzado, se pueden detectar anomalías más allá de la concentración, la movilidad y la morfología de los espermatozoides.

Además, se pueden valorar los marcadores de apoptosis con los que determinar el porcentaje de espermatozoides que entran en muerte celular, es decir, aquellos que no serán capaces de culminar el proceso reproductivo.

De igual modo, la fragmentación del ADN espermático nos dice si existe daño en el material genético, cosa que dificultará el desarrollo del embrión.

Teniendo la visión global de la capacidad reproductiva del esperma, se recurre a técnicas pioneras para seleccionar los mejores espermatozoides, capaces de generar embriones viables.

Endometrio: el entorno ideal para acoger al embrión

La ventana de implantación es el período de tiempo en el que el endometrio es receptivo al embrión, es decir, está preparado para acogerlo y que se produzca su implantación.

Esta ventana, en la mayoría de los casos, sucede entre los días 19 y 21 del ciclo menstrual. Sin embargo, aproximadamente el 30% de las mujeres posee una ventana de implantación desplazada.

“La probabilidad de implantación disminuye enormemente cuando no utilizamos el test de receptividad endometrial. Por ello, es de suma importancia detectar el momento óptimo para realizar la transferencia embrionaria”, advierte el especialista de IVF Spain.

Hace no muchos años la medicina no disponía del conocimiento y la tecnología adecuada para controlar estos factores de la reproducción y algunos pacientes tenían que renunciar a su sueño de ser padres. Hoy, gracias a la investigación científica y la máxima individualización en cada paso del tratamiento, los casos difíciles logran también el tan deseado embarazo.