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“Mi hijo necesita un trasplante de médula, no puede sufrir ni un golpe”



Su nombre es José Cobos Medina, tiene 20 años, y a los 16 le detectaron aplasia medular severa que le causa que su organismo no produzca las defensas necesarias para proteger a su propio cuerpo de infecciones.

El joven no puede desarrollar una vida normal ya que simplemente jugar al fútbol o cualquier actividad le puede suponer una grave complicación y provocar incluso una hemorragia interna, ya que «su sangre es agua». La única solución para él es un implante de médula compatible, pero ni sus otros dos hermanos ni sus padres lo son y en los bancos públicos tampoco se dan sus condiciones para esta posibilidad.

Sus progenitores, Francisca Medina, de 39 años, y José Cobos, de 45, una familia procedente de Andújar (Jaén), no piensan escatimar esfuerzos para que la vida de su hijo no corra peligro y pueda ser normal. Y ahora se aferran a una nueva posibilidad: tener otro hijo sano e histocompatible para hacerle un trasplante de médula a José y poder curarlo. «Él tiene de 20.000 a 30.000 plaquetas y lo mínimo que puede tener una persona es 150.000 plaquetas, imagínese», explica la madre. «Mi hijo necesita un trasplante de médula, con las defensas como las tiene puede pillar cualquier virus y le puede dar una hemorragia. Él ahora mismo no hace nada, no puede, trabajaba con mi marido en la obra, pero ahora está de baja. Se cansa mucho y no puede sufrir ningún golpe», declara Francisca.

La solución, o al menos la posibilidad de alcanzar su sueño, les ha venido de la mano de Clínicas Rincón, que además ante la imposibilidad de la pareja de financiar el tratamiento se lo ha regalado finalmente.

Y es que a Francisca y José, según relatan, la sanidad pública le ha denegado el tratamiento ante las particularidades y complicaciones que presentan, ya que el padre tiene realizada una vasectomía, a la que se sometió después de la «tragedia» de perder a un cuarto hijo recién nacido que debido a una infección durante el embarazo vino al mundo con «graves» malformaciones y falleció a los pocos días de vida. A este inconveniente se suma también que el padre tiene hepatitis C, por lo que una vez extraído el semen que se realizará a través de una biopsia testicular –extracción de espermatozoides directamente del testículo– se debe hacer un «lavado» (centrifugación diferencial) para eliminar las partículas víricas.

Posteriormente se procederá a la fecundación de óvulos de la madre.

Es necesaria la obtención y selección de un embrión sano e histocompatible con José para poder proceder una vez nacido el nuevo hijo al trasplante de médula. Hoy se desarrollará en Clínicas Rincón la primera fase de este tratamiento que se puede prolongar durante 15 o 20 días, explica el director de Clínicas Rincón, Manuel Rincón.

El precio total del tratamiento puede rondar los 15.000 euros. Clínicas Rincón ha puesto a disposición de esta familia de forma gratuita a todo su equipo: genetistas, ginecólogos, embriólogos, anestesistas, urólogos y personal indirecto. El caso, de entrada, se presenta difícil, con obstáculos y bajas posibilidad de éxito, pero merece la pena intentar cualquier posibilidad que pueda salvar la vida de José.