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Nace el primer bebé de EE.UU. de un útero trasplantado



Un equipo del centro médico de la Baylor University, en Dallas (Texas), ha conseguido lo que hace pocos años parecería un milagro: que una madre nacida sin útero dé a luz. El hito se consiguió el mes pasado y supone la primera vez que en EE.UU. nace un niño de un útero trasplantado. Hasta el momento, se había logrado en ocho ocasiones anteriormente, siempre en Suecia, y siempre en el hospital de la Universidad de Sahlgrenska, en Gotemburgo, un centro pionero en este campo desde que lo logró por primera vez en 2014.

El éxito fuera de este hospital sueco abre la esperanza a que más grupos de investigadores consigan perfeccionar un procedimiento muy complejo y costoso y que ha permitido que algunas mujeres consigan ser madres a pesar de no tener útero por nacimiento o porque se lo han extirpado debido a un cáncer o a otra enfermedad. Solo en EE.UU., 50.000 mujeres podrían estar en situación de someterse a este proceso. En el caso del hospital de Dallas, el programa ha sido financiado con fondos para la investigación. Es difícil saber si en el futuro las aseguradoras incluirían en sus pólizas el procedimiento, cuyo coste se puede disparar a varios cientos de miles de dólares.

Conseguir que una mujer sin útero dé a luz requiere primero el trasplante de un útero. El órgano permanece en el cuerpo de la mujer solo hasta que da a luz, ya que se tiene que someter a una terapia de fármacos para contrarrestar la reacción inmune del cuerpo a un útero extraño.

Se ha experimentado con el trasplante de donantes vivas y también fallecidas. La operación para extraer el órgano es más compleja que una extirpación común, ya que hay que incluir más tejido. El posterior trasplante al cuerpo de la receptora es también muy complicado,comparable al del trasplante de hígado, según aseguró Giuliano Testa, investigador principal del programa de Baylor, a «The New York Times».

Intento fallido

Los riesgos de implantar un útero extraño son abundantes. La Cleveland Clinic ejecutó la primera operación de este tipo en EE.UU. el año pasado, pero dos semanas después del trasplante se produjo una infección que dio lugar a una hemorragia que puso en peligro la vida de la paciente y hubo que extirpar el útero con urgencia. El centro médico tuvo que poner en suspenso su programa de trasplantes de útero, pero ahora ha vuelto a ponerlo en marcha.

Además del trasplante de órgano, la paciente debe someterse a fertilización ‘in vitro’ ya que sus ovarios no están conectados con el útero trasplantado. El parto es además por cesárea para evitar someter a mucha presión al órgano externo y hasta el momento todos se han producido con antelación: las mujeres dan a luz entre las semanas 32 y 36, en lugar de las habituales 40 semanas.

El camino recorrido por los médicos en Baylor ha sido tortuoso hasta este primer éxito. En su ensayo clínico han recibido trasplantes ocho mujeres. Cuatro trasplantes no tuvieron éxito y los úteros fueron extirpados a las receptoras. De las otras cuatro, una mujer ha dado a luz, otra está en gestación y otras dos tratan de quedarse embarazadas.

El principal avance del centro de Dallas frente a sus colegas suecos es que han reducido el tiempo desde que se realiza el trasplante hasta que se fecunda a las mujeres. En Gotemburgo, las candidatas esperan un año desde la operación para prepararse para el embarazo, con el inconveniente de que extienden el tiempo con medicamentos contra el rechazo al órgano. «Creo que es lo acertado», aseguró Testa sobre su decisión de acortar ese plazo solo a unos meses.