Skip to content

¿Sabes qué es el Síndrome de Estrés Crónico y cómo afecta a tu fertilidad?



El estrés en las mujeres puede originar cambios hormonales, alteraciones en el ciclo menstrual, problemas en el deseo sexual, incluso amenorrea -falta o desaparición de la menstruación-, que si se asocia a bajos niveles de estrógenos por un período muy prolongado puede ocasionar descalcificación ósea y atrofia de órganos genitales debido a padecer un alto nivel tensional.

Para disfrutar de una vida sexual normal y placentera influyen diversos factores, como la salud física, tranquilidad emocional y que todos los sentidos estén enfocados en el momento íntimo. Sin embargo, los altos niveles de preocupación y ansiedad que provocan los altos niveles de tensión afectan la intimidad de la mujer, entorpeciendo los mecanismos propios de su respuesta sexual normal. “De forma física se presenta de varias maneras destacando la lubrificación vaginal”, asegura la doctora Paula Soriano, especialista en Ginecología y Obstetricia de Hospital Quirónsalud Murcia.

Debido a los niveles elevados de hormonas de estrés pueden aparecer síntomas físicos desde dolores de cabeza, contracturas, problemas intestinales, problemas cardiacos hasta una caída en el sistema inmunológico. Es el denominado “Síndrome de Estrés Crónico”que puede mostrarse con síntomas psicológicos como angustia, frustración, irritabilidad, ansiedad, depresión o cansancio crónico, entre otros. Con todo ello, también se puede ver afectada la capacidad de tener más hijos ya que la mujer estresada no se encuentra en condiciones óptimas, psicológicas ni físicas para a ser madre.

¿Qué opinan los expertos?

Según Nuria Javaloyes, especialista en Psicología de Hospital Quirónsalud Torrevieja, explica que “muchas mujeres deciden embarcarse en la aventura de compatibilizarlo todo, intentando llevarlo todo bajo control. Así, se exponen diariamente a elevadas demandas cruzadas tanto en el trabajo como en sus casas y con sus hijos, generando altos niveles de estrés crónico”.

Según la doctora Soriano, “las alteraciones en el ciclo menstrual es uno de los cambios que pueden presentar las mujeres con altos niveles de tensión, incluso a las que tienen una menstruación regular, se les puede tornar irregulares”.

Un ciclo menstrual normal se produce cuando, a nivel cerebral, el hipotálamo libera de modo intermitente una hormona llamada GnRH (Hormona Liberadora de Gonadotrofinas), la que a su vez estimula la liberación de otras hormonas (la FSH y la LH) que son las responsables del desarrollo mensual de folículos a nivel del ovario, proceso que finalmente permite una correcta ovulación. “Pero, cuando hay un alto nivel de estrés se altera el tipo de liberación de la hormona GnRH, es decir, en lugar de liberarse poco a poco, lo hace de manera continua, de este modo, se inhibe la secreción de las hormonas FSH y LH, por consiguiente, se altera todo el ciclo menstrual”, explica la doctora Soriano.

¿Cómo poner fin al estrés?

Para aliviar el estrés, en muchas ocasiones, se adoptan comportamientos poco saludables, ya que hay cierta tendencia a mala alimentación, tabaco y/o alcohol. Estos comportamientos pueden hacer sentir mejor a corto plazo, pero a la larga, resultan perjudiciales. Practicar actividad física, realizar técnicas de relajación o simplemente desarrollar alguna actividad motivadora, puede mejorar el estrés y, de manera secundaria, nuestra salud y, con ello, nuestra fertilidad.

Fertilidad, estrés y mala alimentación

El estrés severo puede llegar a alterar el sistema de reproducción femenino, ya que puede causar amenorreas o ausencia de menstruación, que en muchas ocasiones ocurren en mujeres que están sometidas a situaciones de gran ansiedad.

Pero, otro factor de riesgo importante tanto para las alteraciones menstruales como dificultad para lograr el embarazo es la mala alimentación. Este hecho genera pérdidas de peso responsables, que a su vez producen alteraciones, de la misma manera que el estrés. Igualmente, las grandes oscilaciones del peso y los incrementos excesivos del mismo pueden producir estas mismas alteraciones.

Además, la doctora Soriano recuerda que “la influencia negativa que ejerce el alcohol, las drogas y el tabaco, no solo a nivel ginecológico sino en todos los aspectos de la salud de la mujer”. Por lo tanto, todas aquellas situaciones que de una u otra manera afecten al adecuado funcionamiento de los ovarios y puedan influir negativamente en la ovulación, afectan a la salud reproductiva de la mujer.

Asimismo, el hecho de que cada vez las mujeres demoren la maternidad por encima de los 35 años, y en muchas ocasiones por encima de los 40 años, repercute con mayor frecuencia en que haya ciclos menstruales en los que no se ovula, lo cual contribuye, por otra parte, a que no se logre el embarazo con la misma facilidad. De esta forma, el porcentaje de gestaciones sin ayuda de técnicas de reproducción asistida es menor en este rango de edad que por debajo de los 30 años.

La doctora Soriano recomienda iniciar conductas más saludables, como una dieta lo más equilibrada posible. En muchas ocasiones es preciso el control y seguimiento por especialistas en situaciones de obesidad, sobrepeso o peso excesivamente bajo.