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Se cumplen 30 años del nacimiento del primer bebé español procedente de un embrión congelado



Desde sus inicios, la técnica ha evolucionado, y actualmente se utiliza la vitrificación, un sistema de congelación ultrarrápido que ha hecho posible optimizar el proceso y elevar a más de un 90% la supervivencia de los embriones, cuando en aquel entonces no llegaba al 65-70%.

La criopreservación también ha permitido reducir el número de embarazos múltiples, así como preservar la fertilidad, una opción que ha aumentado significativamente en España en los últimos años: solo en nuestro centro y desde el 2009 se ha multiplicado por diez.

Viernes, 21 de julio, se cumplen 30 años del nacimiento del primer bebé español procedente de un embrión congelado, un logro que fue posible gracias al equipo de médicos y biólogos del Dexeus Mujer (Instituto Dexeus), que en España fue el primero en aplicar la técnica con éxito.

Su nacimiento se produjo tan solo tres años después del primer “bebé probeta” español (12 de julio 1984), otro logro de Dexeus, y, aunque la noticia no tuvo el mismo impacto social ni mediático, también fue un hito, ya que demostró que era posible congelar los embriones obtenidos en fecundación in vitro, y, por tanto, disponer de nuevas oportunidades para lograr un embarazo cuando ese objetivo no se consigue en el primer intento. A nivel mundial, los primeros en conseguir aplicar la técnica con éxito fueron un equipo de investigadores australianos, que dieron a conocer la noticia en 1983 a través de la revista Nature[i].

La criopreservación, que es el nombre que recibe la técnica, también se utiliza actualmente para preservar la fertilidad –de hecho, se utiliza tanto para congelar gametos como embriones– bien sea por razones médicas, como cuando hay que someterse a un tratamiento oncológico, o por motivos sociales, cuando se desea posponer la maternidad por circunstancias profesionales o personales. Esta última opción ha aumentado significativamente en los últimos años en España: solo en nuestro centro y desde el año 2009 se ha multiplicado por diez.

En Dexeus Mujer la preservación de la fertilidad se practica de forma gratuita a todas aquellas mujeres diagnosticadas de cáncer cuyo tratamiento pueda comprometer su capacidad futura de tener hijos.

Desde sus inicios, la criopreservación de embriones ha evolucionado en muchos aspectos. “Actualmente en la mayoría de los centros se utiliza la vitrificación, un sistema de congelación ultrarrápida que ha permitido optimizar el proceso, así como mejorar lasupervivencia de los embriones, que actualmente supera el 90%, cuando en aquel entonces no llegaba al 65-70%”, explica la Dra. Anna Veiga, directora de I+ D del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer. Por este motivo, la tasa de éxito (niño nacido vivo por ciclo) de los tratamientos de reproducción asistida que se realizan a través de criotransferencias embrionarias “ha llegado prácticamente a equipararse a la de las transferencias de embriones en fresco”, explica la Dra. Montse Boada, jefe de la Sección de Biología de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer. En nuestro centro, además, “se ha incorporado recientemente un nuevo sistema automatizado que permite estandarizar los resultados, minimizando su variabilidad por motivos diversos, como el factor humano, entre otros”, añade la Dra. Montse Boada.

Actualmente la criopreservación se utiliza de forma habitual en muchos centros de reproducción asistida como una técnica complementaria de la fecundación in vitro. De hecho, del total de los 2.000 ciclos de FIV al año que se realizan en Dexeus Mujer, un 50% criopreservan embriones, y en los ciclos de donación de óvulos, este porcentaje asciende al 75%, Asimismo, “cada vez es más frecuente la práctica de lo que se conoce como “transferencia diferida” que consiste en realizar la transferencia del embrión en el ciclo siguiente al de la obtención de los ovocitos, para que pueda descansar el útero materno y favorecer al mismo tiempo la implantación del embrión”, explica el Dr. Buenaventura Coroleu, jefe del Servicio de Medicina de la Reproducción de Salud de la Mujer Dexeus.

La criopreservación también ha permitido reducir el número de embarazos múltiples y, con ello, los riesgos asociados a través de la transferencia de un único embrión, al posibilitar la criopreservación de los embriones restantes de los tratamientos de fecundación in vitro (FIV) para futuras transferencias.

Una vez vitrificados, los embriones se conservan en vapores de nitrógeno líquido a -196ºC, una temperatura que impide cualquier tipo de actividad biológica y, por lo tanto, detiene su desarrollo. En ese estado pueden permanecer durante años –técnicamente, no hay un límite establecido–. De hecho, han nacido bebés a partir de embriones que llevaban más de quince años congelados.