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Tres vidas después del cáncer



A Camino Fernández le diagnosticaron un linfoma hace cuatro años.
Debido a su profesión —es ginecóloga en el Hospital de León— afrontó el diagnóstico cáncer desde una doble perspectiva. Primero la de recuperar su salud y después su futura maternidad.
Como ginecóloga sabe que los tratamientos de quimioterapia y radioterapia son gonadotóxicos, es decir, tienen un efecto sobre la fertilidad futura. No sólo porque provoquen infertilidad sino por el riesgo de que los hijos nazcan con problemas cromosómicos. Camino no arriesgó su maternidad a los 35 años y buscó ayuda profesional. Es una las pocas leonesas que han preservado su maternidad tras un diagnóstico cáncer —apenas superan la media docena—, aunque no hay estadísticas oficiales porque las pacientes recurren a centros privados en León y fuera de la provincia ya que no está en la cartera de servicios del Hospital.

Pero la falta de información es el principal lastre de las técnicas de vitrificación de ovocitos y embriones y de la preservación de tejido ovárico y testicular. «El principal problema es el tiempo. Los médicos quieren comenzar cuanto antes con la quimioterapia», explica el presidente de la Sociedad Española de Fertilidad, José Antonio Castilla. «Los pacientes tienen muy poca información», asegura. Por eso, la sociedad está inmersa en una campaña de información y concienciación para que los profesionales informen a sus pacientes de las técnicas de preservación de la maternidad.

Camino recurrió a la vitrificación de embriones. «Tuve que enfrentarme a los médicos. Les dije que no empezaría con el tratamiento hasta que terminara el proceso de vitrificación», técnica a la que se sometió en el Centro Ginecológico de la Clínica San Francisco, que desde hace dos años tiene autorización de la Junta para realizar la vitrificación de ovocitos y la preservación de tejido ovárico,. En España hay 150 mujeres que han preservado sus ovocitos, pero son aún escasos los nacimientos con esta técnica.

«Los médicos del Hospital me decían que no podía esperar, que tenía que empezar cuanto antes con la quimioterapia, pero no me rendí. Aconsejo a las pacientes que se informen porque, a veces, un tratamiento oncológico puede esperar unos días. Mientras me hacían todas las pruebas yo acudía al centro para la estimulación ovárica, un proceso para el que se necesitan quince días. Acabaron de hacerme las pruebas al mismo tiempo que yo ya tenía congelados los embriones». Los frutos de su perseverancia se llaman Mateo y Alonso, que ahora tienen dos años y fueron concebidos tras el tratamiento oncológico. Camino optó por la vitrificación de embriones porque está casada y tiene pareja consolidada. Pero la ciencia da opciones incluso a los niños y niñas que aún no han comenzado con la pubertad. En este caso, los especialistas en fertilidad utilizan la preservación de tejido ovárico o testicular, que se implanta a los pacientes en la edad adulta una vez superado el cáncer. Esta técnica se hace por laparoscopia y no necesita preparación, es inmediata.

Técnica novedosa

La vitrificación de ovocitos es la que más se aconseja a las mujeres jóvenes, sin pareja, que reciben el diagnóstico de un cáncer y no quieran renunciar a la maternidad futura.

Los especialistas están cada vez más concienciados. El jefe de sección de Hematología del Hospital de León, Fernando Ramos, asegura que la vitrificación de ovocitos es «una técnica muy novedosa que todavía no tiene una fiabilidad contrastada», pero que cada vez se informa más a las pacientes de las opciones de vitrificación «pero, por lo general, cuando se detecta una neoplasia cualquier retraso en el tratamiento es perjudicial para la salud de la paciente y no siempre se puede esperar para comenzar con la quimioterapia».

La ginecóloga Nuria Porta, del Instituto de Reproducción Asistida Cefes de Valencia, asegura que en la vitrificación de embriones es una técnica más segura. «El problema de la preservación de los embarazos en los casos de cáncer es que tenemos poco tiempo para la estimulación ovárica». Porta asegura que la novedad de los tratamientos «hace que estemos todavía en la fase de congelar, pocas mujeres vienen a descongelar para iniciar el embarazo».

El conocimiento de estas técnicas ayuda a hombres y mujeres a decidir sobre su maternidad con unas técnicas reproductivas impensables en España hace sólo seis años.