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Un invento de Granada irrumpe en la fertilidad mundial



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El embriólogo Francisco Vergara, la doctora Concepción Pedrosa y el embriólogo Javier Fernández. / RAMÓN L. PÉREZ

Las patentes granadinas que cada año pasan los filtros y alcanzan la categoría de internacionales se pueden contar con los dedos de una mano. En 2018, uno de los afortunados que ha logrado superar esa criba es el doctor Francisco Vergara, embriólogo de la Clínica Pedrosa quien, tras más de 20 años investigando en el campo de la reproducción asistida, ha dado con una sencilla fórmula para inyectar los espermatozoides en el ovocito dañando mínimamente este último elemento, lo que a su parecer mejorará sin lugar a dudas la calidad de los embriones logrados y aumentará la tasa de embarazos mediante técnicas médicas.

La doctora Concepción Pedrosa, la directora del centro, cuenta que Francisco estaba convencido desde hace años de que tenía que existir un procedimiento para dañar mínimamente el citoplasma del ovocito, que es la parte de la célula que rodea el núcleo y que está limitada por la membrana exterior. Y tal es así que Francisco no ha parado hasta dar con la solución.

«Nosotros cuando inyectamos un espermatozoide en el ovocito nos vemos obligados a aspirar citoplasma -con una especie de aguja- para poder romper la membrana del ovocito y luego inyectarle el espermatozoide. Lo que he patentado -cuenta orgulloso Vergara- es un dispositivo donde se introduce el ovocito, lo aplasta mínimamente, lo que aumenta la turgencia de la membrana que lo recubre, y se procede a inyectarle el espermatozoide sin necesitad de aspirar citoplasma de la célula».

Lo que para los profanos en el tema es un asunto casi inexplicable, ya ha despertado el interés de fabricantes internacionales. Y como el doctor Vergara lo sabía, corrió a proteger el dispositivo -un tipo de pipeta- inventado por él mismo, que ha obtenido la máxima categoría en innovación técnica de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO por sus siglas en inglés).

En las estadísticas de la WIPO figura que en 2016, por ejemplo, llegaron 2.922 invenciones con origen «España». De ellas, el total de patentes hispánicas con solicitud de Tratado de Colaboración en Materia de Patentes (primer paso de internacionalización) se redujeron a 1.507. Y de esas últimas, sólo 78 (un 5%) accedieron a internacionalización plena, que es lo que le ha ocurrido al invento de Francisco Vergara. Este mejorará la técnica de la microinyección espermática intracitoplasmática (o ICSI, por sus siglas en inglés), que asegura la fecundación inyectando directamente al óvulo un solo espermatozoide vivo, usando para ello una microaguja. Ese procedimiento está indicado para casos de semen con movilidad reducida o con un bajo número de espermatozoides, así como cuando la muestra de semen esté muy limitada.