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maria13875.
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3 de agosto de 2018 a las 22:31 #5946164 de agosto de 2018 a las 10:08 #1061408
homeopata
ParticipanteLa neurología ha comprobado que el bebé necesita el contacto permanente con su madre para su correcto desarrollo neurológico.
Reproduzco este fragmento que lo resume muy bien:
“Porque efectivamente, la neurología ha comprobado:
1) En primer lugar, que la formación de las vías neurales sólo está pautada genéticamente hasta las 14/16 semanas de gestación, y por tanto, a partir de ese momento el tipo de desarrollo depende de su hábitat, del estado de la madre y de su relación con ella. Por otra parte, también nacemos con millones de neuronas que iran desapareciendo conforme se vayan fijando las sinapsis y las vias neurales que definitivamente van a constituir el sistema neurológico.
En esta ‘poda’ y en esta formación de las vías neurales estriba la enorme plasticidad adaptativa del ser humano: entre otras, si ha de vivir para la guerra o para la paz.
En este proceso de formación del sistema neurológico incide otro importante factor: somos una especie neoténica, que en lugar de nacer con el 80% del cerebro formado como sucede en otras especies, nacemos con sólo formado un 25% del cerebro adulto, alcanzando ese 80% sólo a los doce meses después de nacer. Es decir,
que desde el punto de vista neurológico, el primer año después de nacer es también una gestación externa.2) en segundo lugar, se ha comprobado que hay un programa neurológico que se pone en marcha en circunstancias de alerta o de defensa, y que automáticamente cierra el programa que regula el
metabolismo basal en circunstancias normales; el programa de defensa activa un sistema neuroendocrino y un sistema neuromuscular específicos para que el organismo entero se disponga a huir o a luchar contra la circunstancia desfavorable. Las criaturas separadas
de sus madres, se encogen, tiemblan de pánico, descienden la temperatura corporal, sufren alteraciones del ritmo cardíaco y respiratorio, incluso padecen apneas, y, en fin, todo su pequeño cerebro es invadido por descargas de glucocorticoides (cortisol, hormonas del stress…) y de adrenalina (hormonas del miedo), creando una toxicidad neuroquímica que va a ser determinante en la formación
de las vías neurales, es decir, en el sistema neurológico y neuromuscular que están en periodo de formación. En otras palabras, va a determinar si la criatura tendrá una estructura caracteriológica para vivir en armonía con sus semejantes o si va a tener una estructura
para vivir en tensión y en competencia.3) Todo depende del tiempo en que la criatura permanezca en estado de stress, es decir, separada de la madre: si es un momento, no pasa nada, porque se pone en marcha un sistema de alerta, que
está previsto para eso, para alertar. Pero no para permanecer durante tiempo; porque si la separación se mantiene de forma persistente,
y el sistema de alerta o de defensa permanece activado
durante mucho tiempo y con frecuencia, empieza a formarse la patología específica. Muchos diagnósticos de llamadas enfermedades mentales (esquizofrenia, bipolares, autismos, etc.)
(6) así como el origen de la conducta violenta (7) han quedado ya relacionados con un modelo patológico de desarrollo de la criatura humana,
en estado persistente de stress, es decir, separado de la madre, un modo de vida que Bergman llama de supervivencia (survival mode).
Por todo esto, Bergman afirma que
la peor situación que se puede encontrar una criatura al nacer es la separación de la madre; que esta separación es una violación de la criatura humana cuyo programa innato de crecimiento preve el contacto piel con piel con su madre; y que esta violación que sufre la criatura tiene un impacto de por vida.
Asegura que la criatura, incluso la que nace prematura, no nace enferma, pero enferma cuando se le separa de la madre. Y concluye haciendo un llamamiento para que los sistemas de salud pública den la prioridad absoluta a poner los medios para que las criaturas no sean separadas de sus madres al nacer salvo en las más extremas circunstancias.”
– Lloyd de Mause, en : The neurobiology of Childhood and History, y War as righteous Rape and Purification (citado en ‘El llanto infantil y el cerebro’ http://www.dormirsinllorar.com y http://www.psychohistory.org), por su parte ha escrito que:
Los traumas provocados por el desamparo pueden dañar severamente el hipocampo, matando neuronas y causando lesiones; y que este daño está causado por la liberación de una cascada de cortisol, adrenalina y otras hormonas segregadas durante el periodo traumático,
que no sólo dañan a las células cerebrales sino también la memoria y ponen en marcha una desregulación duradera de la bioquímica cerebral. Además, la abundancia de repetidas oleadas de estas sustancias químicas y hormonas en el cerebro es la causa de la reducción de la producción normal de serotonina, siendo, según este autor, un nivel
bajo de serotonina el indicador más importante de violencia, relacionada con tasas altas
de homicidios, suicidios, piromanías, desórdenes antisociales, automutilaciones y otros
desórdenes agresivos.Y también que:
Se ha demostrado que la falta de cuidados maternales tempranos es la causa de que la
región que… permite al individuo reflexionar sobre sus propias emociones y empatizar con
los sentimientos de otros individuos sea diminuta, desembocando en una pobre autoestima
y en una tan baja capacidad para empatizar, que el bebé crece literalmente incapaz de sentirse
culpable por lastimar a los demás.
Tomado de: Rodrigañez, Casilda: La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente, Ediciones Crimentales, Murcia, 2007.
4 de agosto de 2018 a las 10:09 #1061409homeopata
ParticipanteDeclaración sobre el llanto de los bebés
Hombres y mujeres, científicas y profesionales que trabajamos en distintos campos de la vida y del conocimiento, madres y padres preocupados por el mundo en el que nuestros hijos e hijas van a crecer, hemos creído necesario hacer la siguiente declaración:
Es cierto que es frecuente que los bebés de nuestra sociedad Occidental lloren, pero no es cierto que sea normal. Los bebés lloran siempre por algo que les produce malestar: sueño, miedo, hambre o, lo más frecuente y que suele ser causa de los anteriores, la falta del contacto físico con su madre u otras personas del entorno afectivo.
El llanto es el único mecanismo que los bebés tienen para hacernos llegar su sensación de malestar, sea cual sea la razón del mismo; en sus expectativas, en su continuum filogenético no está previsto que ese llanto no sea atendido, pues no tienen otro medio de avisar sobre el malestar que sienten ni pueden por sí mismos tomar las medidas para solventarlo.
El cuerpo del bebé recién nacido está diseñado para tener en el regazo materno todo cuanto necesita, para sobrevivir y para sentirse bien: alimento, calor, apego. Por esta razón, no tiene noción de la espera, ya que estando en el lugar que le corresponde, tiene a su alcance todo cuanto necesita. El bebé criado en el cuerpo a cuerpo con la madre desconoce la sensación de necesidad, de hambre, de frío, de soledad, y no llora nunca. Como dice la norteamericana Jean Liedloff, en su obra “El Concepto del Continuum”, el lugar del bebé no es la cuna ni la sillita ni el cochecito, sino el regazo humano. Esto es cierto durante el primer año de vida y los dos primeros meses de forma casi exclusiva (de ahí la antigua famosa cuarentena de las recién paridas). Más tarde, los regazos de otros cuerpos del entorno pueden ser sustitutivos durante algún rato. El propio desarrollo del bebé indica el fin del periodo simbiótico: cuando se termina la osificación y el bebé empieza a andar. Entonces, empieza poco a poco a hacerse autónomo y a deshacerse el estado simbiótico. La verdad es obvia, sencilla y evidente.
El bebé lactante toma la leche idónea para su sistema digestivo y además puede regular su composición con la duración de las tetadas, con lo cual el bebé criado en el regazo de la madre no suele tener problemas digestivos.
Cuando la criatura llora y no se le atiende, llora con más y más desesperación porque está sufriendo. Hay psicólogos que aseguran que cuando se deja sin atender el llanto de un bebé más de tres minutos, algo profundo se quiebra en la integridad de la criatura, así como la confianza en su entorno.
Los padres, que hemos sido educado en la creencia de que es normal que los niños lloren y de que hay que dejarles llorar para que se acostumbren y que, por ello, estamos especialmente insensibilizados para que su llanto no nos afecte, a veces no somos capaces de tolerarlo. Como es natural si estamos un poco cerca de ellos, sentimos su sufrimiento y lo sentimos como un sufrimiento propio. Se nos revuelven las entrañas y no podemos consentir su dolor. No estamos del todo deshumanizados. Por eso, los métodos conductistas proponen ir poco a poco, para cada día aguantar un poquito más ese sufrimiento mutuo. Esto tiene un nombre común, que es la administración de la tortura, pues es una verdadera tortura la que infligimos a los bebés, y a nosotros mismos, por mucho que se disfrace de norma pedagógica o pediátrica.
Varios científicos estadounidenses y canadiense (biólogos, neurólogos, psiquiatras, etc.), en la década de los noventa, realizaron diferentes investigaciones de gran importancia en relación a la etapa primal de la vida humana. Demostraron que el roce piel con piel, cuerpo a cuerpo, del bebé con su madre y demás allegados produce unos moduladores químicos necesarios para la formación de las neuronas y del sistema inmunológico. En definitiva, que la carencia de afecto corporal trastorna el desarrollo normal de las criaturas humanas. Por eso los bebés, cuando se les deja dormir solos en sus cunas, lloran reclamando lo que su naturaleza sabe que les pertenece.
En Occidente se ha creado en los últimos 50 años una cultura y unos hábitos, impulsados por las multinacionales del sector, que elimina este cuerpo a cuerpo de la madre con la criatura y deshumaniza la crianza. Al sustituir la piel por el plástico y la leche humana por la leche artificial, se separa más y más a la criatura de su madre. Incluso se han fabricado intercomunicadores para escuchar al bebé desde habitaciones alejadas de la suya. El desarrollo industrial y tecnológico no se ha puesto al servicio de las pequeñas criaturas humanas, llegando la robotización de las funciones maternas a extremos insospechados.
Simultáneamente a esta cultura de la crianza de los bebés, la maternidad de las mujeres se medicaliza cada vez más; lo que tendría que ser una etapa gozosa de nuestra vida sexual, se convierte en una penosa enfermedad. Entregadas a los protocolos médicos, las mujeres adormecemos la sensibilidad y el contacto con nuestros cuerpos, y nos perdemos una parte de nuestra sexualidad: el placer de la gestación, del parto y de la exterogestación, lactancia incluida. Paralelamente las mujeres hemos accedido a un mundo laboral y profesional masculino, hecho por los hombres y para los hombres, y que por tanto excluye la maternidad; por eso la maternidad en la sociedad industrializada ha quedado encerrada en el ámbito privado y doméstico. Sin embargo, durante milenios la mujer ha realizado sus tareas y sus actividades con sus criaturas colgadas de sus cuerpos, como todavía sucede en las sociedades no occidentalizadas. La imagen de la mujer con su criatura tiene que volver a los escenarios públicos, laborales y profesionales, so pena de destruir el futuro del desarrollo humano.
A corto plazo parece que el modelo de crianza robotizado no es dañino, que no pasa nada, que las criaturas sobreviven; pero científicos como Michel Odent (1999 y http://www.primal-health.org), apoyándose en diversos estudios epidemiológicos, han demostrado una relación directa entre diferentes aspectos de esta robotización y las enfermedades que sobrevienen en la edad adulta. Por otro lado, la violencia creciente en todos los ámbitos tanto públicos como privados, como han demostrado los estudios de la psicóloga suizo-alemana Alice Miller (1980) y del neurofisiólogo estadounidense James W. Prescott (1975), por citar sólo dos nombres, también procede del maltrato y de la falta de placer corporal en la primera etapa de la vida humana. También hay estudios que demuestran la correlación entre la adicción a las drogas y los trastornos mentales, con agresiones y abandonos sufridos en la etapa primal. Por eso, los bebés lloran cuando les falta lo que se les quita; ellos saben lo que necesitan, lo que les correspondería en ese momento de sus vidas.
Deberíamos sentir un profundo respeto y reconocimiento hacia el llanto de los bebés, y pensar humildemente que no lloran porque sí, o mucho menos, porque son malos. Ellas y ellos nos enseñan lo que estamos haciendo mal.
También deberíamos reconocer lo que sentimos en nuestras entrañas cuando un bebé llora; porque pueden confundir la mente, pero es más difícil confundir la percepción visceral. El sitio del bebé es nuestro regazo; en esta cuestión, el bebé y nuestras entrañas están de acuerdo, y ambos tienen sus razones.
No es cierto que el colecho (la práctica de que los bebés duerman con sus padres) sea un factor de riesgo para el fenómeno conocido como muerte súbita. Según The Foundation for the Study of Infant Deaths, la mayoría de los fallecimientos por muerte súbita se producen en la cuna. Estadísticamente, por lo tanto, es más seguro para el bebé dormir en la cama con sus padres que dormir solo (Angel Alvarez http://www.primal.es).
Por todo lo que hemos expuesto, queremos expresar nuestra gran preocupación ante la difusión del método propuesto por el neurólogo E. Estivill en su libro “Duérmete Niño” (basado a su vez en el método Ferber divulgado en Estados Unidos), para fomentar y ejercitar la tolerancia de los padres al llanto de sus bebés. Se trata de un conductismo especialmente radical y nocivo teniendo en cuenta que el bebé está aún en una etapa de formación. No es un método para tratar los trastornos del sueño, como a veces se presenta, sino para someter la vida humana en su más temprana edad. Las gravísimas consecuencias de este método, han empezado ya a ponerse de manifiesto.
Necesitamos una cultura y una ciencia para una crianza acorde con nuestra naturaleza humana, porque no somos robots, sino seres humanos que sentimos y nos estremecemos cuando nos falta el cuerpo a cuerpo con nuestros mayores. Para contribuir a ello, para que tu hijo o tu hija deje de sufrir YA, y si te sientes mal cuando escuchas llorar a tu bebé, hazte caso; cógele en brazos para sentirle y sentir lo que está pidiendo. Posiblemente sólo sea eso lo que quiere y necesita, el contacto con tu cuerpo. No se lo niegues.“Cuando un recién nacido aprende en una sala de nido que es inútil gritar… está sufriendo su primera experiencia de sumisión.” (Michel Odent)
Para más información, te recomendamos los siguientes libros:
Nuestros hijos y nosotros, M.F. Small, Ed. VergaraVitae (Buenos Aires)
Bésame mucho, Carlos González, Ed. Temas de Hoy
El Concepto del continuum (En busca del bienestar perdido), Jean Liedloff, Ed. Obstare
El bebé es un mamífero, Michel Odent, Ed. Mandala
Tomado de: http://www.crianzanatural.com/art/art69.html4 de agosto de 2018 a las 10:11 #1061411homeopata
ParticipanteVentajas de usar fulares y porta-bebés
Y después de todo puede que te preguntes… ¿ y porque es bueno portar a tu bebé recién nacido? ¿No estará mejor estirado en su cuna?
El bebé recién nacido acaba de experimentar una experiencia traumática tras el parto, se encuentra fuera del vientre de mamá y se siente extraño… así que no hay nada más reconfortante para él que sentirse en el calorcito de los brazos de sus padres, oyendo algo que le es familiar y le tranquiliza… su corazón, su respiración, su voz…
Puede aliviar los cólicos del lactante.
Portarlos en una postura vertical reduce los problemas de reflujo.
Es idóneo para practicar el método canguro, aportando todas las ventajas que este proporciona tanto para los prematuros como para cualquier recién nacido: regula la temperatura del bebé, favorece el ritmo cardíaco, reduce el estrés, fortalece el contacto íntimo entre madre e hijo y algo muy importante, favorece la lactancia materna, y la prolonga, además que estimula la producción de la leche.
Concede al porteador libertad de mover ambas manos y le permite desplazarse con facilidad mientras transporta al bebé en contacto con su piel.
Un bebé recién nacido necesita del contacto físico con sus progenitores.
La intimidad entre madre e hijo es mucho mayor. El instinto maternal se basa en una serie de hormonas (como la prolactina y oxitocina) que deben ser estimuladas bastante a menudo (aproximadamente cada 20 minutos). La presencia continua del bebé hace que el sistema biológico permanezca alerta y activo. Cuanto más alto y estable sea el nivel hormonal, mas fácil será la crianza, y más segura se sentirá la madre porque conocerá mejor a su hija o hijo.
Ayuda a que la comunicación entre los dos ( bebé-papa/ bebé-mama) sea mejor y a que la madre y el padre se den cuenta más fácilmente de las necesidades del bebé. Así, puede anticiparse a las peticiones del bebé antes de que él las solicite.
Al recordar al bebé la sensación de cuando estaba en la barriga, reduce su nivel de estrés y se siente más arropado.
Los bebés lloran mucho menos y están menos nerviosos. Según Pediatrics, una reducción del 43% durante el día y un 51% por la noche.
Duermen con más facilidad y durante más tiempo.
Los niños cargados en brazos acostumbran a ser más independientes y tener mayor autoestima, ya que sus necesidades se han cubierto sin demora.
El balanceo y la estimulación del movimiento incrementa su desarrollo neuronal. El sistema vestibular es el responsable del equilibrio y de que, por ejemplo, podamos mantener la vista fija mientras andamos o saltamos. Es muy sensible en el recién nacido ya que como feto estaba constantemente en movimiento, y estimularlo se considera como una de las mejores maneras de calmar a un bebé.
El bebé se siente querido, seguro y confiado.
Cuando el adulto habla con otros adultos, el bebé puede formar parte de la conversación, incrementando sus oportunidades de socialización y aprendiendo a escuchar. El bebé esta más involucrado en el mundo que le rodea. La proximidad con su portador aumenta la interacción con él y con los demás porque participa en aquello que están haciendo sus padres, ayudándole a fomentar su autoestima.
Al perder menos energía llorando para solicitar sus necesidades ni calmarse solo, puede invertirla en aprender de su entorno y mejorar su desarrollo. Con el portabebé puede elegir si mirar a su porteador o a cualquier lugar en unos 180 grados. Así, la habilidad de elegir mejora su aprendizaje.
Como la vida del bebé es mucho más rica si es llevado por sus padres, sus conexiones neuronales serán más precisas y adaptadas al entorno que experimenta. Situaciones que podrían parecerle peligrosas si estuviera solo en su cuna, dejan de serlo si nota que su porteador está tranquilo o si éste le calma inmediatamente.
La depresión postparto se detecta mucho menos en madres que llevan a sus hijos. La frecuente estimulación hormonal que llevar al bebé causa, permite que la madre tenga un nivel alto y constante de hormonas que la tranquilizan.
Si, a pesar de llevar a tu bebe, éste llora mucho, no creas que has fallado como madre, piensa que tal vez lloraría más si no lo llevaras. Su comportamiento puede deberse más a su temperamento que a lo que tú puedas hacer.
Cuando llevas a tu bebé con un portabebé ergonómico que respeta su fisiología éste se encuentra en un… “Útero con vistas”, hay algo mejor para un bebé?
Tomado de: http://redcanguro.org/2009/02/06/ful…recien-nacido/4 de agosto de 2018 a las 11:35 #1061216Aingerutxo
ParticipanteMonbaby, me parece demasiado pequeña para querer estar solo en brazos, has probado si se queda con gases después de la toma?? lo mismo es que se siente mal….cuando Beatriz se pone así, la intento tranquilizar y la distraigo con alguno de sus juguetes…y en 15 minutos lo vuelvo a intentar, pero cuando llora asi, es cuando tiene hambre o sueño….lamento no poderte ayudar mas….
Pero a ver que te dicen otras mamis mas experimentadas que yo
Besitos
Viki
4 de agosto de 2018 a las 12:37 #1061362Fresas
ParticipanteViki, no es que esté molesta … literalmente es que quiere bracitos porque es cogerla del carro, hamaca, … y automáticamente para de llorar y comienza a sonreir. Es una brujita muy lista!!!
Lo que me preocupa es que se acostumbre y … ¿qué hago con el carro? Ayer fue tremendo, sólo quería estar en mis brazos … Era ponerla en el carro y parecía que la estaban matando y claro … ¡no era cuestión!
Bueno … Ayla, veo muy interesante lo que me has puesto pero … por qué antes no pasaba y ahora sí? ¿he podido hacer algo mal? ¿cómo puedo volver a la situación de antes?
}{4 de agosto de 2018 a las 13:41 #1061298anita4
ParticipanteMonbaby yo me compraría un foulard para llevarla encima. No se que puede haberle pasado, pero lo que si es verdad es que necesita estar en contacto contigo. Yo por mi parte no podría dejarla llorar, porque pienso que cuando lloran es porque les pasa algo, aunque no sepamos el qué. Suerte y besos a las dos
4 de agosto de 2018 a las 14:59 #1061269homeopata
ParticipanteMombaby es muy sencillo. No hay nada como los brazos de mami. Ahora te reclama más porque se hace entender mejor. De todas formas, te mando el enlace de otro artículo a ver si te identificas con él
4 de agosto de 2018 a las 15:04 #1061260chari
ParticipanteAYLAAAAAAAAAA PASALE EL ENLACE DE LA RED CANGUROOOOOO Q SE TE HA OLVIDADO!!
4 de agosto de 2018 a las 15:07 #1061251homeopata
ParticipanteAYLAAAAAAAAAA PASALE EL ENLACE DE LA RED CANGUROOOOOO Q SE TE HA OLVIDADO!!

Voyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy jajajajaaja. Tienes razón
http://www.redcanguro.org
http://www.redcanguro.forogratis.es4 de agosto de 2018 a las 15:09 #1061252chari
ParticipanteAYLAAAAAAAAAA PASALE EL ENLACE DE LA RED CANGUROOOOOO Q SE TE HA OLVIDADO!!

Voyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy jajajajaaja. Tienes razón
http://www.redcanguro.org
http://www.redcanguro.forogratis.es
AUN NO TE HE VISTO POR CN, YA SABES, LA SECTA… PEGARIAS FIJO ALLI!!
4 de agosto de 2018 a las 15:21 #1061256homeopata
ParticipanteKeyla porque no tengo tiempo pa na

He entrado alguna vez pero no paso de ahí.
Por cierto, yo a mi hijo con 17 meses lo cojo en brazos cada vez que lo pide y estoy embarazada de 7 meses. ¿Cómo le puedo negar ese contacto?Lo he hecho desde que nació y me gustaría que viérais su sonrisa. Mi hijo es feliz y a mi me encanta tenerlo en brazos.
Es una pena que con él no haya descubierto antes la red canguro y el porteo, porque mi hijo no hubiera conocido el dichoso carrito, cosa por supuesto que ya he subsanado y ahora va en manduca a todas partes. Y para el peque ya tengo encargado un precioso fular y me muero de ganas de llevarlo pegadito a mí.4 de agosto de 2018 a las 15:59 #1061237kanysan
ParticipantePues yo sólo puedo añadir que “reitero lo de los fulares” y que pases de los comentarios de la gente tipo: “se va a acostumbrar a los brazos”…
No dejes de visitar la página de red canguro, y animate a comprarte un fular, elastico el mejor para bebes pequeñitos y mamis principiantes con eso del porteo…disfruta de él, estando los dos juntitos.
4 de agosto de 2018 a las 18:55 #1060257Aingerutxo
ParticipanteMamis, he mirado por curiosidad las páginas que habeis puesto Y SON UNA PASADAA, yo pensaba que los foulares eran solo para niños pequeños, pero se pueden llevar hasta bien grandes…y encima son supercomodos, no tienes que tener las manos ocupadas para salir a la calle…vamos una maravilla…..
A ver si me entero un poco mas, y me animo a comprar uno, para salir a la calle…
Besitos
Viki
5 de agosto de 2018 a las 21:15 #1061928maria13875
MiembroMi hija también es muy bracera y yo encantada. Tengo la mochilla patapum todler que es hasta 20 kg!! Casi no notas el peso del niño y es comodísima. Yo tenía los brazos rotos y ha sido la solución. Me parece menos aparatosa que el fulard, sobretodo para el verano.
http://dormirsinllorar.com/shop/product_info_products_id-92.html
Yo la uso muchísimo y la llevo siempre en la cesta de la silla de paseo. Es otra opción…
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