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Autorizan inseminar a una mujer de 50 años y le quitan el bebé días después de nacer



La noticia social del día de Todos los Santos no tuvo que ver con la muerte sino con un nacimiento. Una mujer de 50 años que se sometió a tres ciclos de reproducción asistida en la clínica Teknon de Barcelona perdió a su bebé una semana después de haber nacido porque se lo quitaron los servicios sociales de la Generalitat. Tras haberle cobrado 16.000 de los 24.000 euros que le facturó, el centro sanitario denunció a la mujer porque entendió que su «comportamiento» con el recién nacido no era el adecuado. La madre, que ha denunciado los hechos en un juzgado, se ha perdido ya los primeros 22 meses de vida de su hijo. «No tenemos ninguna información al respecto», se limitó a comentar ayer un portavoz de la clínica catalana. «¿Cómo puede ser que me declaren apta para ser madre y luego me quiten la custodia al considerar que no estaba cuerda?», se pregunta la mujer.

La paciente acudió al centro médico Teknon en octubre de 2008 para iniciar un tratamiento de recepción de óvulos. La terapia, con un coste de 8.000 euros, incluía la programación de un ciclo de reproducción y la realización de un estudio físico y psicológico. «La personalidad de la paciente no muestra características propias de trastorno (…) y no se valora causa que desaconseje la recepción de óvulos», concluyó el informe.

La madre tenía ya entonces los 50 años cumplidos, una edad a la que algunos países prohíben todo tipo de programas de reproducción asistida. En Francia, por ejemplo, ni siquiera las clínicas privadas pueden facilitar a una mujer mayor de 40 un servicio de este tipo, porque se entiende que, pasada esa barrera, aumentan los riesgos para el bebé y la diferencia de edad entre la madre y su hijo comienza a ser ya importante. España cuenta, en cambio, con una de las legislaciones más permisivas del mundo. La mujer tuvo que contratar tres programas de recepción de óvulos, aunque sólo llegó a abonar dos. Teknon explicó a ‘Europa Press’, que difundió ayer la noticia, que el centro se limitó a seguir «rigurosamente el protocolo asistencial normativo para tratamientos de fertilidad».

El niño nació en diciembre de 2009 mediante cesárea; y compartió con su madre la primera semana de vida. Pasado ese tiempo, los trabajadores del centro alertaron a los servicios sociales de «un comportamiento por parte de la madre que hace que se activen los protocolos de actuación establecidos por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia». La Conselleria de Salud puso en marcha en aquellas fechas un grupo de trabajo que propuso, en línea con la normativa francesa, excluir de los protocolos de inseminación a las mujeres de 40 o más años. La normativa entró en vigor cuatro días antes de que diera a luz la paciente cincuentona de Teknon.

Incógnitas

En realidad no se sabe todavía qué pasó entre la madre y su pequeño para que el organismo responsable de la protección a la infancia entendiera que la actitud de la mujer «ponía en peligro la integridad» del bebé y decidiera retirarle su custodia. La mujer sostiene que en los días posteriores al nacimiento sólo presentó «síntomas propios del posparto». El Juzgado de Instrucción número 45 de Barcelona resolverá el caso.

Su historia tiene ya antecedentes. Un tribunal de menores de Turín estableció en septiembre los límites de la edad de la paternidad. Un hombre de 70 años y una mujer de 58 perdieron por ser «demasiado viejos» la custodia de su hija, de un año y cuatro meses. La sentencia estableció que la criatura fue concebida por «el deseo narcisista de tener un hijo» por parte de los padres, que no se plantearon «seriamente que la niña quedará huérfana en edad joven y antes deberá cuidar a unos padres ancianos».