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Los mejores tratamientos de fertilidad



Los tratamientos de fertilidad han conseguido que muchas parejas estériles o con problemas de fertilidad hayan podido tener hijos. Con los avances científicos las técnicas mejoran y también la eficacia de los tratamientos.

Técnicas de reproducción asistida de baja complejidad

Los tratamientos de fertilidad han de ser determinados por un especialista médico, una vez establecida la causa más probable del problema. En general, todas las técnicas consisten en la realización de algunas manipulaciones controladas del óvulo o del espermatozoide.

Las técnicas más sencillas son las denominadas de inseminación. En estos casos, es el semen masculino el que es manipulado y mejorado.

Existen dos tipos de técnicas de inseminación: la inseminación artificial y la inseminación heteróloga.

En la inseminación artificial se induce la fecundación del óvulo por mecanismos externos. El semen masculino es tratado en el laboratorio para mejorarlo. En el momento en el que está preparado, se estimula la ovulación en la mujer y el semen se introduce dentro del útero con una jeringa que entra a través de la vagina. En el caso de la inseminación heteróloga, el procedimiento técnico es idéntico y la única diferencia es la procedencia del semen que, mientras en el primer caso proviene de un donante conocido, normalmente del marido o parte masculina de la pareja, en el otro proviene de un banco de semen. Este último caso se da cuando la mujer no tiene pareja masculina o en el caso de que su pareja no contenga espermatozoides o de que estos tengan algún defecto. En ambos casos, una vez fecundado el óvulo, el embarazo sigue su curso normal.

Técnicas de reproducción asistida de alta complejidad

Este tipo de técnicas implican la manipulación de los óvulos, por lo que su complejidad es más alta al implicar la extracción de los mismos. Básicamente se distinguen tres tipos de técnicas: fertilización in vitro, inyección citoplasmática y transferencia a las trompas de Falopio.

En el caso de la fertilización in vitro, tras estimular la ovulación se extraen los óvulos con un sistema de punción. Estos se inseminan con los espermatozoides preparados, realizándose la fecundación fuera del cuerpo de la mujer, en un medio que simula las condiciones del útero. Tras formarse los embriones, los mejores se introducen en el útero donde, si todo ha ido bien, tendrá lugar el embarazo. En el caso de la inyección citoplásmática, el procedimiento es muy parecido, pero la inseminación se realiza con un único espermatozoide. Y en el caso de la transferencia de gametos, los óvulos inseminados se depositan inmediatamente en las trompas de Falopio para que se produzcan allí los embriones.