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Sharon Corr y Álex Ubago se emocionan cantando a embriones humanos



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Sharon y Álex junto a la Dra López-Teijón y una miembro de su equipo. (David Campos)

Los embriones que comienzan a desarrollarse en las incubadoras de todos los centros de la red del Institut Marquès ‘oyeron’ al mismo tiempo el concierto gracias a internet. Decimos oyeron en sentido poético, obviamente, porque lo que recibieron fueron las vibraciones de la unión entre Álex Ubago y Sharon Corr. Y que les irá mucho mejor está constatado: hace cuatro años, la Dra. Marisa López Teijón publicó el estudio científico que lo demostraba y cuyo posterior desarrollo le granjeó el IG Nobel de Medicina en el área de Obstetricia. Sharon Corr atiende a La Vanguardia y nos sorprende al contestar directamente en español, idioma que estudia desde hace cuatro años. “Ha sido increíble. Estoy muy emocionada. Soy muy amiga de Álex [Ubago], con quien he trabajado ya. Esto es el futuro. Nunca pensé que era una idea loca porque sé que la música, desde siempre, es terapia. Creo que puede curar, es algo básico, muy profundo; el ritmo de la Tierra también es música. ¿Cómo se dice en español tener mariposas en el estómago? Ah, ¿igual? Pues eso es lo que siento”.

Hace cuatro años, la Dra. Marisa López Teijón publicó el estudio científico que lo demostraba y cuyo posterior desarrollo le granjeó el IG Nobel de Medicina de Harvard en el área de Obstetricia

Tanto Sharon como Álex fantasean con que algunos de los embriones para los que acaban de interpretar sus canciones sean en el futuro niños sanos a los que puedan conocer. “Eso sería precioso, me haría mucha ilusión”, asegura la violinista de The Corrs. Su grupo lanzó nuevo disco a finales de 2017, Jupiter calling, el segundo de la banda tras su regreso en 2015. El parón que hicieron en 2006 lo emplearon en proyectos propios; en su caso, tener niños. “Cuando te conviertes en madre la dedicación, también emocional, te absorbe las 24 horas. Al volver a la música he hecho dos discos en solitario [Dream of you y The same sun] y he recuperado las cosas que me gustaba hacer. Y he notado que soy mucho más sensible. Lloro por nada, incluso viendo una tontería en la tele. He desarrollado mucho la empatía”.

Esto es el futuro. Nunca pensé que era una idea loca porque sé que la música, desde siempre, es terapia. Creo que puede curar, es algo básico, muy profundo”

SHARON CORR
Cantante, compositora y violinista

En el Institut Marquès ya han realizado varios conciertos de este tipo, si bien el primero con un personaje famoso fue el de Antonio Orozco . La propia doctora López Teijón, que estudió solfeo, ha cantado a los embriones. Cuando abrió su centro en Irlanda, dio en pensar quién podría cantarle a los embriones y todo el equipo coincidió en el mismo nombre: The Corrs. “Conseguí que le hiciesen llegar a Shanon información sobre nosotros, porque el violín me parece algo muy íntimo, y a ella le encantó la idea y me sugirió que le acompañase una voz. Cuando me propuso que fuese Álex Ubago me pareció que no podría haber escogido mejor. Hay cosas que se hacen por valor o por precio. Tanto Álex como Sharon o en su día Antonio Orozco, no han cobrado nada. Es compartir pasiones, la música y la vida, y eso nos une. Cuando les enseñé nuestro proyecto, quisieron implicarse. Y tanto se emocionaron que al terminar el concierto, ambos me dijeron que les gustaría conocer a los niños”.

Álex Ubago aún tiembla cuando nos contesta: “La iniciativa me llegó por Sharon y viniendo de ella dije que sí de inmediato. Al principio me sorprendió mucho y me pareció maravilloso el que se hubiese descubierto que, así como la música ayuda a muchas personas, las vibraciones también son beneficiosas para el desarrollo de los embriones. Pude conocer el trabajo que hace la clínica, donde todo es de última tecnología, y lo de hoy ha sido una experiencia increíble que no había vivido nunca”. El común de mortales acude a la música para curar heridas. ¿Lo hacen también los cantantes? “Por supuesto, como oyente y como compositor. En mi vida la música siempre ha ido muy relacionada con los estados de ánimo y la he empleado para sentirme mejor si estaba triste o para llegar a un estado concreto de concentración, inspiración. A nivel terapéutico también; plasmar mis sentimientos a través de ella, cantando o componiendo, me ha ayudado muchísimo. Incluso a conocerme mejor”.

Nuestro objetivo de reproducir en el laboratorio las condiciones naturales que tendrían los embriones en el útero. Así, hemos logrado incrementar la tasa de fecundación casi un 5 %

El artista vasco, presente en la memoria sentimental de tantos corazones rotos, nos explica que le llena de ternura recibir mensajes de seguidores/as que le cuenta cómo han superado un momento difícil de su vida –desde males de amores a pérdidas dolorosas y enfermedades– y siente que merece la pena continuar trabajando. Durante el mes de mayo y después desde finales de julio y todo agosto estará de gira por Latinoamérica. Aunque Ubago es de la vieja escuela, aquello de sacar discos completos, lo próximo nuevo que publique posiblemente sea un single para adaptarse a los nuevos tiempos.

“Nuestro objetivo de reproducir en el laboratorio las condiciones naturales que tendrían los embriones en el útero. En la placa del laboratorio donde descansan los óvulos cultivados, los nutrientes no se mueven y los productos tóxicos derivados de la división del embrión se acumulan. Al hacerlos vibrar –la doctora prefiere el alma y la estética de la vibración musical sobre la mecánica– el Institut Marquès (con sedes en Reino Unido, Irlanda, Italia y España) los dispersamos, se reparten mejor los nutrientes e imitamos los movimientos que se producen cuando el embrión viaja por las trompas de Falopio hacia el útero. Así, hemos logrado incrementar la tasa de fecundación casi un 5 %. La tecnología es carísima pero el buen gusto en la ciencia es gratis”, recuerda la doctora. Los padres de los futuros bebés pudieron también seguir el concierto, desde cualquier lugar del mundo, a través de la app Embryoscope.