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Debido a una gestación complicada paso mucho tiempo en el hospital y se le ocurrió un proyecto



Carmen López Rey es una licenciada en Bellas Artes y profesora de instituto como podría haber muchas en España. Pero se ha embarcado en una preciosa iniciativa pictórica que la desmarca de todas las demás.

Ella se define como una madre como otra cualquiera pero que, debido a una gestación complicada, tuvo que pasar mucho tiempo en el hospital. Su niña, hoy en perfecto estado de salud, tuvo que nacer con tan solo 30 semanas de vida debido a una afección conocida como CIR (Crecimiento Intrauterino Retardado), esto hizo que las horas en el centro hospitalario fueran continuas y eternas.

72 días en el hospital, en los que salas de espera blancas y pasillos impolutos no ayudaban a disminuir la presión del momento y aunque, por fin, llegó el momento de llevarse su niña a casa, la experiencia no era fácil de olvidar. Por eso, cuando en febrero vio que un hospital infantil londinense había decorado con pinturas sus paredes, se ofreció públicamente, a través de su Facebook, a llevar a cabo un proyecto similar, aunque voluntario, en el hospital en el que tantas horas habían pasado: el Hospital Infantil Reina Sofía de Córdoba.

Viaja del fondo marino al espacio desde Córdoba
Un mes después de ofrecerse para decorar el centro, el equipo médico del hospital se puso en contacto con ella ya que, gracias a una enfermera que había visto su publicación, estaban encantados con la idea y querían tomarle la palabra. Lo que Carmen no imaginaba es que los gerentes del hospital estaban tan contentos con su iniciativa que no le iban a ofrecer una o dos salas de espera para decorar, ¡sino todo el centro! 

Comienza el proyecto
Todo lo demás ocurrió a un ritmo vertiginoso: el 7 de abril Carmen abría un grupo en Facebook para ver quién estaría dispuesto a colaborar de manera voluntaria, y sin ánimo de lucro, en un proyecto que empezaba a tomar forma. En tan solo 72 horas se había compartido más de 4.000 veces en la red social y es, a día de hoy, que hay más de 300 voluntarios apuntados para participar en esta iniciativa.

Ella, como buena profesora, está acostumbrada a dirigir a equipos de trabajo, explicar lo que hay que hacer y cómo, así que es la encargada de organizar los grupos de voluntarios a los que llama, de 30 en 30 personas y de semana en semana, para que se acerquen a colaborar.

Viaja del fondo marino al espacio desde Córdoba
El equipo de 9 diseñadores ya ha decidido las temáticas de cada planta, siempre buscando un concepto de espacio abierto, capaz de ubicar a niños y padres en cada planta del hospital. En la planta más baja encontramos la temática del fondo marino, pasamos a la siguiente en la que viajamos por la tierra: la selva, el bosque, una granja… En el siguiente piso volamos por el cielo y todo lo que nos podemos encontrar allí, desde aviones a helicópteros. Y luego, en la siguiente planta en altura: el espacio, la galaxia y en un futuro un planetario en el último piso.

Personas y empresas voluntarias
Este proyecto ha llegado a mucha gente que se ha animado a colaborar y, también, muchas empresas como, por ejemplo, Arte21 una empresa cordobesa que ha cedido brochas y pinceles para todos. Titanlux ha cedido toda la pintura, un material que, según palabras de la protagonista de esta historia, es perfecto para el hospital porque no huele y se puede limpiar fácilmente. Ecoavantis les ha prestado una herramienta de diseño propio, genial.ly, para que puedan hacer una presentación de lo que están haciendo y la gente pueda ver el trabajo que se va haciendo día a día con las actualizaciones de la presentación. 
Solucont, experta en suelos vinílicos, va a realizar la instalación del suelo del fondo marino y, finalmente, Leroy Merlín Córdoba pondrá los vinilos de los ascensores de las dos primeras plantas, además de donar brochas y otros materiales.

Viaja del fondo marino al espacio desde Córdoba
Los dibujos y murales, que rodean todas las paredes de este hospital, tienen una continuidad de 360º y ya han empezado a maravillar a todos los niños, padres y equipo médico y profesional que frecuentan el hospital.

Se espera que para finales de septiembre el proyecto llegue a su fin, y que tenga un efecto positivo en todos los papás y niños que pasan tantas horas en el hospital, ayudándoles a evadirse un poco del lugar en el que se encuentran.

Esta madre, profesora y voluntaria está agradecida a todas y cada una de las personas que se han involucrado porque, gracias a todos los que “recogieron el guante”, el proyecto ha ido saliendo para delante.

Carmen nos deja con una frase que resume todo su proyecto: Colores para alegrarte.

Esperemos que todo salga perfecto y que pronto podamos disfrutar de más iniciativas tan bonitas como ésta.