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La dulce y amarga Beta espera



Durante el ciclo menstrual se van produciendo diferentes cambios hormonales que se traducen en el cambio estructural del endometrio.

El ciclo menstrual es el periodo de tiempo que pasa entre el primer día de regla hasta el primer día de regla del mes siguiente.

Este ciclo tiene tres fases: 

Fase folicular: en esta fase hay una caída de estrógenos y progesterona debido a que no ha habido fecundación. Esta caída hormonal provoca el desprendimiento del endometrio (revestimiento del útero) y esto se manifiesta en forma de menstruación. De manera simultánea se empieza a segregar FSH (hormona foliculoestimulante) que hará crecer a los folículos que contiene el ovario. Llega un punto que todos detienen su crecimiento excepto uno. Por otro lado, una vez desprendido el endometrio, empezará a volver a regenerarse para prepararse para una posible implantación embrionaria.

Fase de ovulación: la LH (hormona luteinizante) empieza a segregarse y provoca la ovulación hacia las trompas de falopio. Este hecho se da, casi con toda seguridad, catorce días antes del primer día de regla del ciclo siguiente. 

Fase luteínica: una vez expulsado el ovocito, la estructura folicular se va a convertir en una glándula llamada cuerpo lúteo que será la encargada de producir progesterona y de obtener las condiciones uterinas necesarias para mantener el embarazo en caso de implantación. Si no hay fecundación se interrumpe la secreción de progesterona y se produce de nuevo la caída del endomentrio produciendo así la menstruación del ciclo siguiente.

La  Gonadotropina Coriónica humana (subunidad Beta-hCG) es una hormona que solamente se sintetiza cuando una mujer está embarazada. Esta hormona es sintetizada por el tejido trofoblástico del embrión hasta que la placenta llega al punto de desarrollo necesario para realizar esta función.  La hCG tiene la función de mantener el cuerpo lúteo activo y así mismo los niveles de progesterona necesarios para que se produzca el grueso revestimiento de vasos sanguíneos y capilares para poder aportar al feto las sustancias necesarias para su desarrollo.

La hCG empieza a encontrarse en sangre entre el día 7-11 post ovulación y en orina a partir del día 14, unos 21-25 días después de la última menstruación. Este valor va aumentando exponencialmente (se va doblando su valor a cada día que pasa) durante las primeras 5 semanas hasta alcanzar su nivel máximo entre las semanas 8-10. Después se produce un descenso de la concentración a partir de la semana 12 hasta llegar a unos valores constantes hasta el final del embarazo.

Las pruebas de embarazo consisten en detectar la presencia de esta hormona en la orina materna que indicará que hay implantación embrionaria. En las analíticas de sangre se pueden observar los valores concretos y hacer un pronóstico más concreto sobre las semanas de embarazo. Los niveles de Beta-hCG pueden variar entre personas por lo que existen unos valores patrón con un umbral entre mínimo y máximo. Se considera un resultado negativo cuando la analítica de un valor menor a 5 mUI/ml y un resultado positivo con más de 12 mUI/ml. 

Debido a que su aparición en orina no es inmediata es muy importante esperar un mínimo de 14 días para que el resultado sea más fiable. Aunque la espera sea dura y estéis impacientes por saber, es mejor esperar un par de días más y asegurarse, que anticiparse y tener un resultado que igual no es el correcto.

La betaespera es quizás el momento más duro de todo el proceso. Después de los esfuerzos, es un periodo de espera e incertidumbre que puede daros una de las mayores alegrías de vuestra vida. Sed pacientes, estad tranquilos y confiad. Esperad los días que se os haya indicado para realizar el test de orina y sobretodo no tiréis la toalla.

Muchos ánimos luchadores y seguid persiguiendo vuestro sueño.

Henar Marín, bióloga especialista en reproducción de lainfertilidad.com