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La Infertilidad: Carta a familiares y amigos.



La infertilidad
Buenos días a tod@s:

Hoy voy a compartir con vosotros una carta que hace tiempo llegó a mis manos y que en esos momentos me ayudó a comprender todos los sentimientos que se agolpaban en mi interior. Las que me acompañasteis en la aventura de mi anterior blog sabéis que en agosto del 2013 perdimos lo más bonito de nuestras vidas y, desde ese momento, una pequeña estrella ha estado velando por nosotros. Pero sólo los más allegados saben lo que ha acompañado a todo este proceso: la incomprensión, el dolor, el miedo, la tristeza, la incertidumbre, los sueños rotos, las caídas y las levantadas… Sois muchas las que en algún momento de vuestras vidas habéis vivido o estáis viviendo una etapa tan dura como esa en vuestras vidas y, para las que habéis tenido la suerte de no saber lo que es, me gustaría que continuarais leyendo la entrada. Es un poco larga, pero seguro que muchas de las mujeres que tenéis a vuestro alrededor están sufriendo una situación así y puede que os haga entender cómo se sienten.

Infertilidad: Carta a familiares y amigos.
Quiero compartir mis emociones sobre la infertilidad contigo, porque quiero que comprendas mi lucha. Yo sé que comprender la infertilidad es difícil; hay veces que yo tampoco la comprendo. Esta lucha ha provocado emociones intensas y desconocidas en mí y temo que mis reacciones a estas emociones podrían ser entendidas mal. Espero que mi habilidad de enfrentar y tu habilidad de comprender mejoren mientras comparto mis emociones contigo.

Tú puedes describirme de esta manera: obsesiva, malhumorada, indefensa, deprimida, envidiosa, demasiado seria, desagradable, agresiva, antagónica y cínica. Estas no son características admirables; no es de extrañar que tu comprensión de mi infertilidad es difícil. Yo prefiero describirme de esta manera: confusa, acelerada e impaciente, asustada, aislada y sola, culpable y avergonzada, enojada, triste y sin esperanza.

Mi infertilidad me hace sentir confusa. Siempre asumí que era fértil. Durante muchos años evité el embarazo y ahora la ironía es que no puedo concebir. Espero que eso sea una dificultad breve con una solución simple como la habilidad de escoger el mejor momento para las relaciones sexuales. Me siento confusa si es que en realidad quiero estar embarazada o si quiero ser madre.
Mi infertilidad me hace sentir acelerada e impaciente. Me enteré de mi infertilidad después de mucho tiempo gastado en esfuerzos inútiles de embarazarme. De repente mi futuro llevó un retraso. Esperé a ser madre y ahora debo esperar otra vez. Espero para citas con médicos, espero para exámenes, espero para tratamientos, espero para otros tratamientos, espero que no menstrúe, espero que mi compañero no esté de viaje y espero para el embarazo. Solo tengo doce oportunidades cada año. ¿Cuántos años tendré cuando finalmente tenga a mi familia?

Mi infertilidad me hace sentir asustada. La infertilidad está llena de desconocidos y estoy asustada porque necesito respuestas definidas. Tengo miedo de mis emociones, de mi cuerpo que no es dependiente, y de mi futuro.
Mi infertilidad me hace sentir aislada y sola. Recuerdos de bebés están por todos lados. Debo ser la única aguantando esta maldición invisible. Evito a los demás porque todo me causa dolor. Nadie sabe lo horrible que es mi dolor. Aunque usualmente pienso con claridad, ahora me encuentro seducida por supersticiones y promesas. Pienso que estoy perdiendo la perspectiva. Me siento tan sola y me pregunto si podré sobrevivir.

Mi infertilidad me hace sentir culpable y avergonzada. Con frecuencia olvido que la infertilidad es un problema médico y debe tratarse así. La infertilidad destruye mi amor propio y me siento como un fracaso. Es fácil perder confianza en una misma y sentirse avergonzada.

Mi infertilidad me hace sentir enojada. Me enojo con todo y sé que una gran parte de este enojo está dirigido equivocadamente. Estoy enojada con mi cuerpo porque me ha traicionado aunque siempre lo he tratado bien. Estoy enojada con mi compañero porque no podemos sentir lo mismo y al mismo tiempo sobre la infertilidad. Yo quiero y necesito un defensor para ayudarme. Estoy enojada con mi familia porque siempre me ha resguardado y protegido de tremendo dolor. Estoy enojada con mis médicos porque parece que ellos controlan mi futuro. ¿Cómo puedo transmitirles lo importante que es para mí ser madre?
Estoy enojada con mi economía, los tratamientos de infertilidad son muy caros. Mis recursos financieros determinan el tamaño de mi familia. Finalmente, estoy enojada con todo el mundo. Todos tienen opiniones sobre mi incapacidad de llegar a ser madre. Todos tienen soluciones fáciles. Todos parecen que saben demasiado poco y hablan por demás.

Mi infertilidad me hace sentir triste y sin esperanza. La infertilidad se siente como si hubiera perdido mi futuro y nadie sabe de mi tristeza. Me siento sin esperanza; la infertilidad me roba mi energía. Nunca he llorado tanto o tan fácilmente. Estoy triste y mi infertilidad me requiere ser tan egocéntrica. Estoy tan triste que he desatendido muchas amistades porque esta lucha duele tanto y demanda tanta energía. Los amigos con niños prefieren la compañía de otras familias con niños. Estoy rodeado por bebés, mujeres embarazadas, fiestas a las que se llevan regalos para el bebé, cuentos personales de nacimientos, películas para niños, fiestas de cumpleaños y mucho más. Me siento tan triste y sin esperanza.

Yo sé que tú me quieres y sé que mi infertilidad afecta nuestras relaciones. Mi tristeza te causa tristeza; lo que me duele, te duele también. Yo creo que nosotros podemos ayudarnos el uno al otro por medio de esta tristeza. Individualmente nosotros parecemos sin capacidad; pero juntos podemos ser más fuertes. Quizás algunas de estas sugerencias nos ayudarán a comprender mejor la infertilidad.

Yo necesito que seas un oyente. Hablar sobre mi lucha me ayuda a tomar decisiones. Es difícil para mí expresar mis sentimientos si tú no tienes el tiempo para conversar. No quiero saber de otras cosas peores que han sucedido a otras personas ni quiero saber lo fácil que fue resolver su infertilidad. Cada caso es individual. Por favor no me des solamente consejos, puedes ayudarme con tus preguntas. Asegúrarme que respetas mi confianza y entonces estate seguro que mereces mi confianza. Mientras estés escuchando, trata de mantener una mente abierta.

Yo necesito que seas un apoyo para mí. Tienes que comprender que mis decisiones no son hechas casualmente. Recuérdame que tú respetas estas decisiones aunque no estés de acuerdo, porque sabes que son hechas cuidadosamente. No me preguntes “¿estás segura? Recuérdame repetidamente que tú me quieres pase lo que pase. Necesito oírlo. Dime que comprendes que todo esto es muy difícil. Ayúdame a darme cuenta que quizás necesitaré apoyo adicional de profesionales y organizaciones apropiadas. Quizás puedas sugerir recursos. Quizás necesitarás apoyo para ti mismo y yo temo que no seré capaz de proveerlo para ti; por favor no esperes que lo haga. Ayúdame con mis buenas intenciones.

Yo necesito que te sientas cómodo hablando conmigo y luego yo también me sentiré más cómoda. Hablando sobre la infertilidad a veces uno se siente incómodo. ¿Estás preocupado por decir algo incorrecto? Comparte estos sentimientos conmigo. Pregúntame si quiero hablar. A veces querré y a veces no querré pero me recordará que me quieres.
Yo necesito que seas sensible. Aunque a veces yo bromeo acerca de la infertilidad para ayudar a sobreponerme, no me parece tan divertido cuando los otros lo hacen. Por favor, no me tomes el pelo diciendo cosas como, “parece que tú no sabes hacerlo”. No disminuyes mi lucha diciendo cosas como “me alegraría darte uno de mis hijos”. No hay consuelo en oír aseguramientos falsos como “serás madre dentro de un año”. No disminuyes mis sentimientos diciendo “no debes sentirte tan triste.” Por el momento no me pongas en situaciones que son incómodas para mí como fiestas a la que se llevan regalos para el bebé y reuniones de familia. Ya me siento triste y culpable.

Yo necesito que seas honesto conmigo. Avísame que necesitarás tiempo para ajustarte a algunas de mis decisiones. Yo también necesité un periodo de ajuste. Si hay cosas que no comprendes, dímelo. Por favor sé moderado cuando me enseñes a ser realista sobre cosas que no puedo cambiar, tales como mi edad, unas condiciones médicas, recursos financieros y obligaciones del trabajo. No me escondas información sobre los embarazos de otras personas. Aunque tales noticias me hacen sentir muy triste, me siento peor cuando no me informas.

Yo necesito que estés informado. Tus consejos y tus sugerencias no sirven si no están basados en datos. Ponte al corriente para que puedas educar a otros cuando hacen unas observaciones que están basadas en mitos. No permitas a alguien decir que mi infertilidad se curará si me relajo y adopto. No me digas que es lo que Dios quiere. No me pidas justificar mi necesidad de ser madre. No critiques mis acciones o mi selección de médico aunque lo haga yo misma. Asegúrate que yo también esté buscando información que me ayude a tomar decisiones inteligentes con respecto a mis opciones.

Yo necesito que seas paciente. Recuerda que enfrentar la infertilidad es un proceso. Lleva tiempo. No hay garantías, tratos, arreglos, respuestas correctas ni selecciones rápidas. Mis necesidades cambian, mis selecciones también. Ayer demandaba soledad pero hoy te necesito para fortalecerme. Tú tienes muchos sentimientos con respecto a la infertilidad y yo también. Por favor permíteme tener enojo, alegría, tristeza y esperanza. No menosprecies ni evalúes mis sentimientos. Permíteme tenerlos y dame tiempo.

Yo necesito que refuerces mi amor propio. Me siento sin valor y eso impide mi habilidad de controlar mi futuro. Mi vida personal ha sido repetidamente invadida. He sido sujetada a exámenes después del acto sexual, colección de semen en el cuarto de baño, y análisis dentro de cuartos situados al lado de la sala de parto. Disfrutar de excursiones agradables contigo como almorzar en un restaurante, salir de compras, o visitar un museo, me ayudan a sentir normal. Anímame a mantener mi sentido del humor, ayúdame a encontrar alegría. Celebra conmigo mis éxitos grandes y pequeños como aguantar una consulta médica sin llorar. Recuérdame que yo soy más que una persona infértil. Me ayudas cuando compartes tu fortaleza conmigo.

Eventualmente estaré mas allá de esta lucha con la infertilidad. Yo sé que mi infertilidad nunca va a desaparecer completamente porque cambiará mi vida. No volveré a ser la persona que fui antes de la infertilidad pero por lo menos esta lucha no controlará mi vida.
Yo me alejaré de esta lucha y de esto mejoraré mis conocimientos de la empatía, la paciencia, la capacidad para recobrarme, la clemencia, la capacidad de tomar decisiones y la evaluación de mí misma. Te agradezco por tu ayuda y tu comprensión con respecto a esta lucha con la infertilidad.

Si habéis llegado hasta aquí, sólo puedo deciros gracias. Y para todas aquellas que lo habéis vivido y sabéis lo que se siente, sólo os quiero decir que no os rindáis, que sois unas luchadoras y no olvidéis que no estáis solas. Un besico.