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La inseminación artificial, la técnica de reproducción asistida más antigua de la historia



La inseminación artificial es un método que ha traído alegría a muchos matrimonios y ha brindado la oportunidad de ser padres a parejas que por alguna razón se le ha dificultado. Este método es uno de los más antiguos utilizado por la humanidad. Existen hallazgos de la civilización sumeria (2.350 a. C.) en los cuales se pone de manifiesto sus conocimientos del tema y hacen referencia a inseminaciones en ovejas y cabras. Sin embargo, a pesar de su gran conocimiento es incierto si ya desde esa época se utilizaba la reproducción asistida en humanos.

Otra civilización que intentó profundizar sus conocimientos respecto a la fertilidad e inseminaciones artificiales fue la egipcia. Esta civilización logró determinar algunos conceptos importantes y estableció una rama de la medicina solo para la fertilidad. En el antiguo Egipto la reproducción era muy importante y cualquier síntoma de infertilidad era considerado una enfermedad y por ende debía tratarse. Normalmente, la infertilidad era asociada a la nutrición de la mujer y recomendaban una dieta específica para procurar concebir un bebé. Los egipcios profundizaron estudios respecto al aparato reproductor femenino y consideraban el semen como una semilla que debía introducirse en el útero para poder procrear. Por tal motivo, se considera que la civilización egipcia pudo ser una de las primeras precursoras de la reproducción asistida.

Durante siglos todos los conocimientos sobre la reproducción fueron rudimentarios e incluso en algunos lugares determinados por la religión. Existe un caso curioso en el cual la religión y los estereotipos de la época se encargaron de cuestionar y negar lo que fue quizás el primer caso de inseminación artificial. Era el año 1461 y un matrimonio de la nobleza, en específico el del rey Enrique IV de Castilla y Juana de Portugal, no podían concebir un bebé heredero al trono. Según las crónicas de Hieronymus Munzer, un historiador de la época que viajaba por España, Juana de Castilla contrató un médico judío de nombre Sumaya Lubel, el cual realizó varias inseminaciones a través de una cánula de oro “hasta la parte más profunda de la vagina”. Durante el año 1462 la joven princesa da a luz un niño, sin embargo, el escepticismo de la época y los fuertes dogmas religiosos llevaron a todas las personas a afirmar una supuesta infidelidad de la princesa.

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No fue sino hasta el año 1785 que se realiza la primera inseminación artificial reconocida por la ciencia. Se le atribuye a John Hunter, anatomista y cirujano escocés el cual trato el caso de un paciente que padecía de “hipospadia”. Durante este procedimiento se utilizó una jeringa previamente esterilizada en caliente, luego de estar apta para alojar el semen se utilizó para hacer llegar el mismo hasta el útero de la mujer. Este procedimiento dio como resultado el embarazo y posterior nacimiento de un bebé fuerte y sano.

Este procedimiento de reproducción asistida evolucionó constantemente durante los años siguientes. A comienzos del siglo XX los estudios se centraron en los períodos fértiles de la mujer logrando excelentes resultados. Estos avances médicos condujeron a la creación de bancos de semen y técnicas de fertilización con semen de donantes. Hoy en día las técnicas de inseminación artificial son totalmente modernas y prometen diversos avances en el futuro.

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