amelia, ¿cómo puedes cargar con Héctor, con lo grandote que está?, ufff que difícil seguro que un reposillo te vendría muy bien, pero con estos diablillos…

Hola soletes,

Pos yo me remito a mi respuesta en el post de Ainhize sobre el mismo tema. Hay dias que son desquicianteeeeeeeessssss!!!!!!!!!!

Besitos

hola amelia yo no soy la mas indicada para dar animos a nadie y menos ahora que yo estoy fatal, pero espero que poco a poco se solucionen las cosas, que puedas opositar y te den tu plaza fija y con lo de la tendinitis pues mira yo estoy que rabio de dolor con la espalda y aun asi cojo a martí lo que puedo y mas asi que te entiendo, un besazo  enorme adeu!

amelia, ¿cómo puedes cargar con Héctor, con lo grandote que está?, ufff que difícil seguro que un reposillo te vendría muy bien, pero con estos diablillos…

Pues por eso tengo la tendinitis en el hombro, de cargar con los ¡13 kilos! que pesa ya mi oso… y la pediatra dice que no está gordo… Sospecho que se equivocaron de tubito en el invitro y me han puesto un bebé de gigante… si no fuera porque es clavao a su padre y a mí…

Napi, desahógate, mi niña… Te entiendo perfectamente, yo estoy igual que tú. Toda la vida estudiando, y lo que he conseguido es un puesto de interina al que tendré que opositar en año y medio. Sólo tengo 4 años de interinaje, frente a gente que lleva 15 años… como para dejarse el curro…
Hay que aguantar, mi niña, no nos cabe otra. Aguanta el tirón, no te dejes la docencia, que cuesta mucho de conseguir… En mi Uni hay cada cuchillada por dar clases que ni siquiera pedí la habilitación al acabar la tesis, mira las ganas que me dieron que me fui a Francia para matar el gusanillo de la docencia… Aguanta, peque!

Ais, estamos todas igual. Yo me arrepiento de no haber intentado dar clases en instituto pues me encanta la docencia, aunque por otra parte, tengo amigas interinas que están prisioneras de la situación. Ya sabeis, en la privada, si las condiciones no te convencen te buscas otra cosa, pues al fin y al cabo, sabes que nada tienes seguro. Sin embargo, no es fácil renunciar a ser “cuasi” funcionarias, a pesar de que ello tenga su precio (hacer sustituciones, etc).

Con la vida moderna pasa un poco igual. Estamos prisioneras de “quererlo todo”, y si es duro compaginar trabajo y familia, también nos lo parece no conservar nuestra independencia.

En fin. Creo que el tiempo te enseña que tus deseos no siempre se consiguen; que si los consigues, no tiene porque ser en la forma que tú querías y que al fin y al cabo, lo importante es aceptar que esto es así, y buscar en cada momento de tu vida lo positivo que tengas.

Conclusión: Puesto que por fin tenemos a nuestros hijos, realmente y pese a todo, podemos sentirnos afortunadas.

Un besote,