Os cuento mi historia en esto de la, a veces, difícil búsqueda de tener un hijo. Con 31 años empezamos a buscarlo y tras pocos meses nos hicimos pruebas de fertilidad para descartar que no hubiera ningún problema. Primeras malas noticias: mi reserva ovárica era baja (FSH de 10, antimulleriana de 1 y confirmación con ecografía vaginal) y mi pareja tenía oligozoospermia y teratozoospermia. En la clínica de fertilidad nos recomendaron hacer un tratamiento de ICSI (una variación de Fecundación In Vitro). Al poco tiempo además, me vieron un endometrioma en el ovario izquierdo. ¡También tenía endometriosis!
No entiendo porque no pudieron decirme antes que tenía baja reserva ovárica si iba todos los años a hacerme revisiones ginecológicas. Los ginecólogos tendrían que mirarlo en todas las revisiones…como no lo hacen, os aconsejo que pidáis que lo hagan aunque no tengáis en ese momento idea de ser madre, por descartar y ver que todo está bien.
Todo pintaba fatal pero como llevábamos poco tiempo intentándolo decidimos esperar un poco más para iniciar el tratamiento. Entre tanto empecé a buscar información sobre la endometriosis y a tratarla de forma natural (empecé a tener una alimentación más sana, a consumir en una cooperativa ecológica y a ir a la clínica Medizen de Madrid, donde me trataron con acupuntura y fitoterapia una vez por semana). Fui a consulta con un equipo médico especializado en esta enfermedad: el del Dr. Sacristán del Quirón San Camilo. Para quien no tenga seguro privado, vi que en La Paz también hay una unidad especializada. Puede que fuera casualidad, pero al tiempo desaparecieron por completo los dolores de regla y la endometriosis no se extendió durante los dos años de búsqueda del embarazo.
En el Quirón me ayudaron mucho dándome mucha información sobre la enfermedad (¡por fín!), mirándome bien y nos hablaron claramente sobre nuestro problema de infertilidad: teníamos tres problemas serios para conseguir tener un hijo y el principal de ellos era mi baja reserva ovárica, con lo que teníamos poco tiempo para darlo todo si queríamos conseguirlo. Y, aún con FIV, era posible que no lo lográsemos y tuviésemos que recurrir a ovodonación.
Así que hicimos el primer tratamiento de ICSI + MACS en Ginefiv. Resultado: recogieron 7 ovocitos de los que sólo tres estaban maduros y no fecundó ninguno. Después de esto se centraron en hacer pruebas a mi pareja y nos encontramos con un cuarto gran problema: su esperma tenía una fragmentación en el ADN del 73 % (a partir del 27% ya hay un problema importante de fertilidad). En la clínica nos dijeron que nunca habían visto un porcentaje tan alto, que si es que trabajaba con productos tóxicos. Mi pareja no trabaja con productos tóxicos aunque sí que monta en bici muchísimo (hace unos 60-70 Km. diarios de media) y creo que ese era el principal problema en nuestro caso. El urólogo de esta clínica le prohibió la bici durante 4 meses (podía hacer ejercicio moderado durante una hora máximo) y le recetó Gesta DHA, L-Arginina y L-Carnitina. Además, tuvo cuidado con otras cosas: no ponerse portátil encima ni nada que le diese calor en la zona, no utilizar ropa ajustada e incluso no llevar el móvil en el bolsillo del pantalón…) Después de este tiempo de espera la fragmentación bajó a un 23 %. Seguía siendo algo alta pero ya nada que ver.
Para el segundo tratamiento de ICSI, unas horas antes de la punción me pinché con dos medicaciones diferentes para provocar la maduración de los ovocitos (doble inducción lo llaman), en vez de sólo una vez. Y mi pareja por su parte entregó una muestra con tan sólo tres horas de abstinencia (dicen que la eyaculación recurrente mejora la fragmentación). Aquí recogieron tan sólo 4 ovocitos y, cuando nos lo dijeron ya habíamos tirado la toalla pero 24 horas más tarde nos llamaron y nos dijeron que habían fecundado dos de ellos y que, además eran de la máxima calidad posible!! Me transfirieron los dos, de los que se implantó uno. Desde entonces todo han sido buenas noticias, y ya estoy embarazada de 28 semanas!
Espero que pueda ayudar a alguien toda esta parrafada. Nosotros tuvimos mucha suerte y para mi, el niño que tengo ahora mismo dentro dándome golpecitos es un milagro. El único consejo que puedo dar es que no esperéis para haceros pruebas de fertilidad (no sé por qué recomiendan esperar un año) y, si podéis, hacer los tratamientos cuanto antes porque todo esto, entre pruebas, períodos de espera, etc. puede alargarse años y desgasta muchísimo psicológicamente. Nuestra lucha duró 2 años pero sé que hay parejas que están mucho más tiempo. Yo necesité ir al psicólogo unos meses antes del segundo tratamiento.
Además, la realidad es que las oportunidades de conseguir ser padres se van reduciendo. Durante el tiempo que se está luchando por esto, creo que merece la pena intentar cualquier cosa que creamos que pueda mejorar un poquito nuestra fertilidad (cuidando de vuestra cabeza y de vuestra relación de pareja) porque todo es cuestión de probabilidad y puede marcar la diferencia entre conseguirlo o no hacerlo.