Holas chicas, siento no poder haber escrito antes pero es que estoy muy liada con mis idas y venidas al hospital. Mis niños están estupendamente. Al principio me han perdido un poquito de peso pero ya van tirando para arriba. Mi niña sigue con una escayolita en su minúscula pierna y tiene para rato, pero es un auténtico bicho, no para de moverse y estirarse. Llorar aún no los he visto, las enfermeras me dicen que son buenísimos, a ver si siguen así cuando me los lleve a casa.
La verdad es que estoy muy contenta tras lo mal que lo he pasado los días que he estado ingresada. Entre el manchado, que sería el tapón mucoso, y la bolsa que se me partió hizo que todo se acelerara. Esto creo que me ha pasado por tener a los dos boca-abajo preparados para salir. La verdad que el dolor de riñones que pasé en el parto fue horroroso, y la dilatación interminable. Llenaron mi cuerpo de potingues para evitar el parto, y lo que hizo fue alargarme el sufrimiento. La epidural me hizo efecto al principio pero tras tantas horas cuando llegué al paritorio lo sentía todo, así que fue parto super natural (y muy sentido). Y no exagero cuando os digo que he estado 30 horas y 10 minutos de parto. Comencé con contracciónes fuertes en la madrudada del domingo al lunes, y mis niños nacieron el martes a las 10:10 de la mañana el niño y a las 10:18 la niña.
Aunque si os digo que el dolor se olvida pronto tras doce días postparto, y ahora considero el martes 13 de Noviembre el día más feliz de mi vida.
Como anécdota en el paritorio había por lo menos entre 25 y 30 personas. Entre la pila de estudiantes que se dedicaron a pinchar con jeringuillas mis placentas, la matrona, el ginecólogo, el pediatra, y un monton de personal sanitario que estaban ansisos por presenciar un parto gemelar…. Peor que el camarote de los hermanos Marx, de hecho mi marido dijo… “Coñ****, ¡qué animado está esto!
Ainggg que se me cae la baba con mis chiquitines, chicas, que más puedo decir.
En fin, que muchas gracias por vuestros mensajitos de felicitación y apoyo.