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¿Cuánto hay que esperar para un nuevo tratamiento?



En ocasiones los tratamientos de Fecundación In Vitro (FIV) no concluyen de forma exitosa. Esto puede suceder bien porque el ciclo haya sido cancelado durante la fase de estimulación, durante los procesos de fertilización y desarrollo embrionario en el laboratorio o porque tras la transferencia no se produzca la implantación embrionaria y el resultado del test de embarazo resulte negativo.

En todos esos casos es necesario llevar a cabo un análisis exhaustivo no sólo del tratamiento recién finalizado sino de toda la historia clínica previa. En la mayoría de pacientes, las expectativas siguen siendo buenas y la opción más razonable es intentar un nuevo tratamiento de FIV con las modificaciones que se consideren adecuadas para intentar mejorar el pronóstico.

Una vez tomada la decisión de realizar un nuevo tratamiento, nos planteamos cuando es el mejor momento para iniciarlo. Hay quien piensa que cuanto antes se inicie, mayores serán las posibilidades mientras que otros tienen la creencia de que son necesarios unos meses de espera para que las probabilidades de éxito mejoren.

Cuando realizamos tratamientos con embriones congelados o donación de óvulos, es decir, cuando no es necesario estimular el ovario sino solamente preparar el útero para la implantación, el tratamiento puede ser programado de forma inmediata sin ninguna merma en los resultados. En muchos casos, con la regla inmediatamente posterior al test de embarazo iniciamos la preparación para la transferencia de los embriones congelados.

En los ciclos de FIV en los que hay que realizar una nueva estimulación, resulta mucho más controvertido el momento en el que el ovario se encuentra en situación óptima para ser estimulado de nuevo, sin embargo, los estudios realizados no han podido apreciar diferencias en los resultados cuando la estimulación se inicia con sólo un mes de espera.

Por tanto y de acuerdo con la experiencia actual, podemos planificar el inicio de la estimulación con la regla posterior a la que acontece a los 2-3 días del resultado de la beta. Esto resulta de especial importancia para tranquilizar a aquellas parejas que por motivos personales o médicos no pueden demorar el inicio de un nuevo tratamiento.

Sin embargo, no sólo los aspectos médicos deben ser tenidos en cuenta. La situación emocional de la pareja es quizá el factor más importante a la hora de decidir el mejor momento para intentar un nuevo tratamiento y muchas veces es necesario que pase un tiempo para absorber todo el stress generado en el tratamiento previo y estar preparado para iniciar uno nuevo.

Dr. Joaquín Llácer, Co-Director Médico. Medicina Reproductiva del Instituto Bernabeu.