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La Clínica Iegra Tres Torres cierra tras año y medio de actividad sin autorización



La Clínica Iegra Tres Torres de fertilidad, situada en un laboratorio propiedad de la Clínica Tres Torres de Barcelona, ha cerrado sus puertas tras 20 meses de actividad sin disponer de la autorización sanitaria para realizar su actividad, lo que ha afectado a 15 trabajadores.

En declaraciones a Europa Press, su responsable, Dídac Sánchez, ha criticado que después de un año y ocho meses de abrir no ha logrado la licencia por parte de la Conselleria de Salud, pese a que el antiguo laboratorio ya disponía de esta autorización.

Fuentes de la Conselleria de Salud han precisado a Europa Press que durante este periodo el departamento trasladó “diversas reclamaciones para que cerrara”, pero la clínica continuó abierta, operando sin autorización sanitaria.

Salud ha abierto un expediente sancionador contra la clínica -que está en proceso- por más de un centenar de intervenciones y una treintena de procesos de fecundación ‘in vitro’ sin autorización, informó este lunes Catalunya Ràdio.

La Clínica Tres Torres rescindió este mayo el contrato de arrendamiento firmado en junio de 2014 con Iegra, argumentando que desde 2015 la Clínica Tres Torres está gestionada por un nuevo equipo con otra estrategia de gestión de espacios.

“En Madrid te facilitan la licencia en 35 días; en Cataluña no nos dejan realizar el cambio de titularidad”, ha lamentado Dídac Sánchez, quien ha añadido que hace unas tres semanas envió una carta a Salud para comunicar el cese de actividad por no lograr el cambio de titularidad.

Además, ha asegurado que prepara una denuncia contra la Conselleria de Salud por prevaricación e “información injuriosa y calumniosa”, y ha manifestado que impulsará un portal de clínicas afectadas como la suya.

La Conselleria de Salud ha contestado que considera que el expediente abierto está hecho con “la máxima pulcritud” y niega que pueda haber cualquier hecho denunciable achacable al departamento.

Sánchez, de 23 años, ha remarcado que su actividad no es ilegal, y considera que no se le quiso dar la licencia por su juventud y por no ser doctor: “Les molesta que una persona ofrezca precios que rompan el mercado, otra forma no tan antigua de hacer las cosas”.

Ha concretado que es propietario de un grupo de empresas: el despacho de abogados Legisdalia, la compañía de eliminación de datos en Internet Eliminalia, el despacho de gestación subrogada Subrogalia, e incluso es responsable de una discográfica.