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Sanidad estudia incluir la donación de ovocitos en los servicios públicos de fertilidad



Así lo confirmaron los últimos datos provisionales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que eleva a los 31,6 años la media de edad de las madres.

Esta tendencia es la que condiciona que muchas de las que desean ser madres a partir de esta edad tengan problemas para quedarse embarazadas y la reproducción asistida se convierta en su única solución. Esta realidad es la que obliga al Ministerio de Sanidad a valorar la incorporación de ciertas técnicas de reproducción asistida dentro de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud. Hasta ahora, no existía una edad máxima para someterse a uno de estos procesos. Sin embargo, el informe científico que valora qué servicios deben incorporarse concluye que los 38 años es el límite para someterse a una inseminación artificial y los 40 para la fecundación in vitro. También sostiene que los 50 es la edad máxima para los hombres porque «la evidencia científica demuestra que pueden transmitirse patologías genéticas», explica Manuel Ardoy, presidente de Asebir (Asociación Española para el Estudio de la Biología Reproductiva) y uno de los redactores de las propuestas que han sido debatidas por miembros de varias sociedades científicas «sin que el Ministerio nos impusiera ningún aspecto ideológico».

«La edad influye mucho en el éxito de los tratamientos de reproducción. A partir de los 35 años disminuye la fertilidad», afirma Vicky González Villafallez, ginecóloga de la Clínica Ginefiv. En los últimos tres años la cifra de mujeres mayores de 35 años que acuden a esta clínica ha aumentado. Conforman el 62% de las pacientes que acuden al centro, mientras que ha descendido el número de pacientes jóvenes. Ardoy insiste en que «con 40 años las probabilidades de éxito de concebir un hijo se reducen a la mitad, mientras que las posibilidades de abortar se duplican». Y es que los riesgos se elevan durante la gestación a edades avanzadas y las técnicas de reproducción asistida lo desaconsejan.

Motivos terapéuticos

La necesidad de incluir este servicio en los hospitales públicos de las comunidades autónomas siempre estará ligado «a motivos terapéuticos», insisten en su informe que se debatirá el próximo martes en el Consejo Interterritorial de Sanidad donde los 17 consejeros decidirán si aceptan las propuestas de los científicos. Y es que los autores del informe insisten en que «nuestro informe se basa en criterios científicos, no buscamos incluir a nadie», sostiene el presidente de Asebir que no entiende cómo algunos medios afirman que este informe excluye a lesbianas y a mujeres solas. «Nos han pedido que demos motivos clínicos para incluir la reproducción asistida en un sistema de salud que debe racionalizar sus recursos y por eso debe aplicarse cuando se produzca una patología; es decir, sea infértil». Para demostrar este problema, «se deben dar dos años de esterilidad probada. Es decir, que se produzcan relaciones coitales sin protección y sin resultado de gestación», comenta Ardoy. Desde el Ministerio afirman que aún «no existe un documento definitivo y que es un texto elaborado en exclusiva por las comunidades científicas».

El informe de expertos en Fertilidad sugiere la inclusión de varios servicios como la cobertura de la donación de ovocitos si «la mujer sufre un fallo ovárico y la pareja cumple con los criterios establecidos». Así, el Sistema Nacional de Salud costearía esta donación. Hoy, son las clínicas privadas las que, salvo alguna excepción en la Sanidad pública, realizan estos tratamientos. Es más, no existen bancos de ovocitos públicos por lo que, si se aprueba, «tendría que elaborarse un convenio entre el sistema público y el privado para compartir sus recursos, aunque actualmente la mayoría de donaciones se producen de óvulos frescos. Eso sí, cada vez se tiende más a los ciclos de óvulos congelados (vitrificación)», afirma la ginecóloga.